Notas de investigación
Trabajo, familia y negociaciones cotidianas: el pluriempleo en enfermería y la organización de las responsabilidades del hogar
Resumen: En este trabajo indagaremos en las implicancias que tiene el pluriempleo en enfermería para la organización de las responsabilidades de cuidado dentro del hogar. Los hallazgos aquí presentados se desprenden de una investigación doctoral en donde analizamos la multidimensionalidad del trabajo de cuidado en enfermería a partir de indagar en las experiencias de trabajadoras/es de instituciones de salud privadas de La Plata durante el período 2018-2021. En este artículo, nos serviremos de las entrevistas realizadas en el marco de la pandemia de COVID-19 a enfermeras mujeres que tienen dos empleos y son responsables del cuidado de hijos/as pequeños/as. Argumentaremos que las trabajadoras despliegan una serie de negociaciones cotidianas para gestionar las exigencias que experimentan producto de tener dos empleos y ser responsable de las tareas de cuidado al interior del hogar. Asimismo, señalaremos que esas múltiples demandas se intensificaron durante la emergencia sanitaria.
Palabras clave: Trabajo de cuidado, Enfermería, Pluriempleo.
Work, family, and daily negotiations: multiple jobs in nursing and the organization of household responsibilities
Abstract: In this work we will investigate the implications that multiple employment in nursing has for the organization of care responsibilities within the home. The findings presented here arise from doctoral research where we analyse the multidimensionality of nursing care work by investigating the experiences of workers from private health institutions in La Plata during the period 2018-2021. In this article, we will use interviews conducted in the context of the COVID-19 pandemic with female nurses who work two jobs and are responsible for caring for young children. We will argue that workers deploy a series of daily negotiations to manage the demands they experience as a result of having two jobs and being responsible for care tasks within the home. Likewise, we will point out that these multiple demands intensified during the health emergency.
Keywords: Care work, Nursing, Multiple jobholding.
1. Introducción
El pluriempleo, es decir el hecho de tener más de un trabajo remunerado al mismo tiempo, representa una problemática de gran relevancia para el sistema de salud argentino desde hace ya varias décadas (Novick y Galin, 2003). Dentro de los/as trabajadores/as de la salud, diversas investigaciones afirman que la enfermería representa uno de los grupos más afectados por esta problemática, debido a la falta de personal calificado, a los bajos ingresos y a la heterogeneidad de condiciones de empleo y salariales entre el subsector público y el privado (Micha, 2015; Aspiazu, 2017; Malleville y Noguera, 2021).
Teniendo en cuenta esta caracterización general, en este trabajo nos proponemos analizar las implicancias que tiene la extensión de la jornada laboral en la vida cotidiana de las enfermeras, especialmente en la organización de las responsabilidades de cuidado dentro del hogar. Específicamente, interesa ahondar en las negociaciones que realizan las trabajadoras en su día a día con el objetivo de conciliar las demandas laborales y las extralaborales. Para ello, nos enfocaremos en las experiencias de enfermeras que tienen dos empleos; es decir, trabajan 8 horas en una clínica privada y 6 horas en un hospital público ambos ubicados en La Plata, ciudad que cuenta con una gran cantidad de efectores de salud emplazados en su territorio.
En términos generales, el trabajo de enfermería puede ser definido como un trabajo orientado al cuidado de la salud de las personas. En nuestras sociedades, los cuidados representan actividades que, pese a ser imprescindibles para el sostenimiento de la vida, suelen ser escasamente valoradas; entre otras razones, porque se las concibe como tareas reservadas a categorías sociales subalternas (mujeres, de sectores populares, migrantes) (Molinier, 2012). La desvalorización de los cuidados se extrapola a las actividades económicas vinculadas a este tipo de tareas (como salud, educación, trabajo doméstico); es decir, sectores en los que las mujeres están sobrerrepresentadas y suelen darse situaciones de mayor precariedad laboral (Esquivel, 2011; Esquivel y Pereyra, 2017).
En este marco, nos interesa comprender las experiencias específicas de trabajadoras que poseen dos empleos y tienen a cargo hijos/as pequeños, en tanto nos permiten profundizar en los diálogos y las tensiones que se producen entre las demandas del trabajo de cuidado remunerado y las del no remunerado. Argumentamos que, para estas trabajadoras, resulta difícil compatibilizar las exigencias laborales producto del doble empleo con otras esferas de la vida familiar. En este marco de condicionamientos, las enfermeras despliegan una serie de negociaciones cotidianas para gestionar esas múltiples exigencias.
Cabe señalar que este trabajo se desprende de los hallazgos de una investigación doctoral en la que analicé la multidimensionalidad del trabajo de cuidado en enfermería a partir de indagar en las experiencias de trabajadoras/es de instituciones de salud privadas de la ciudad de La Plata durante el período 2018-2021 (Malleville, 2024). A partir de observaciones participantes y entrevistas en profundidad, construí evidencia empírica que me permitió mostrar cómo el trabajo de cuidado permea otras esferas de la vida de las enfermeras. Concretamente, en este artículo analizaré entrevistas realizadas a enfermeras mujeres que tienen dos empleos -uno en privado y otro en público- y son responsables del cuidado de hijos/as pequeños/as. Si bien todas las entrevistas fueron realizadas tanto antes de la pandemia como durante ella, en este texto nos serviremos de los testimonios tomados durante la emergencia sanitaria. En el caso del pluriempleo, la pandemia aumentó la intensidad de una jornada de por sí apremiante, profundizó el desgaste laboral y trastocó la organización cotidiana del hogar debido a las medidas de aislamiento social y obligatorio (ASPO).
2. Pluriempleo y negociaciones cotidianas
En la vida cotidiana, tener dos empleos implica un incremento de los tiempos destinados al trabajo y reduce la disponibilidad para descansar, recuperarse, realizar otras actividades sociales y/o compartir momentos con seres queridos En este apartado veremos de qué forma la experiencia del pluriempleo durante la pandemia impactó en la esfera familiar, especialmente en los tiempos disponibles para las tareas del hogar y el cuidado de los/as hijos/as.
Argumentamos que las enfermeras no se muestran pasivas ante los condicionamientos que les imprimen sus trabajos, sino que elaboran una serie de acciones y/o estrategias para lograr compatibilizar las responsabilidades del cuidado y las exigencias laborales. Para ahondar en este tipo de acciones, resulta interesante retomar la noción de “negociación conyugal” (Nicole-Drancourt, 1989); es decir, un concepto que, si bien fue utilizado para analizar el peso de las estrategias profesionales y de pareja en la organización familiar, en nuestro caso también nos permite mostrar las negociaciones que se dan en distintas configuraciones familiares. Señalaremos que las enfermeras realizan una serie de negociaciones cotidianas que pueden ser pensadas como tácticas y/o estrategias para conciliar las demandas de distintas esferas de su vida, especialmente del trabajo y del cuidado dentro de sus hogares. Estos acuerdos y/o negociaciones ponen de manifiesto el proceso de construcción de equilibrios domésticos que realizan las mujeres trabajadoras en su día a día a partir de considerar sus tiempos y los recursos familiares con los que cuentan.
2.1 “No podría hacerlo sin la ayuda de mis padres”. Gestión estricta de los tiempos y ayuda familiar
Para muchas mujeres trabajadoras, la sumatoria de obligaciones domésticas con aquellas derivadas del empleo construye jornadas laborales sumamente extenuantes, denominadas como “doble jornada” En el caso de las enfermeras, la jornada de trabajo no sólo se extiende como consecuencia de las tareas de cuidado no remuneradas, sino también por el pluriempleo. Esta especificidad hace que las enfermeras experimenten una “triple jornada” o “triple presencia” que las obliga a elaborar acciones y/o acuerdos cotidianos en el interior de sus hogares, especialmente en lo que respecta al cuidado de los/as hijos/as. En nuestro campo, encontramos que las tensiones que representa trabajar muchas horas y, por ende, tener poco tiempo para dedicarle a las responsabilidades del hogar, son tramitadas de formas diversas, dependiendo de los recursos sociales y familiares con los que cuentan las trabajadoras.
El caso de Jésica nos permite ejemplificar con mayor profundidad esta cuestión. Jésica tiene 27 años recién cumplidos. Comenzó a estudiar la Tecnicatura Superior en Enfermería a los 23 años, tres años después de ser madre. Vive en la casa familiar, ubicada en la ciudad de La Plata, con su padre, su madre, su hermano menor y su hija de 7 años. Se recibió en diciembre de 2019 y, como muchas de sus compañeras de carrera, sus primeras inserciones laborales fueron en plena pandemia. Cuando fue entrevistada en 2021, trabajaba en dos lugares a la vez: durante el turno mañana, contratada con una beca de contingencia en un hospital público; durante el turno noche, tenía contrato por tiempo determinado en una clínica privada, en el área COVID-19. Particularmente, la situación de Jésica nos permite conocer algunas de las estrategias que despliega:
E- ¿Cómo te organizás?
J- Y, yo tengo una nena de siete años, soy mamá. Así que ella sabe. Cuando me voy a la noche, trato de comer acá, de estar un rato con ella, y bueno, cuando vuelvo a la una, la “señorita” recién se está levantando porque con el tema de la escuela, no está yendo a la escuela. Así que se levanta y yo llego, me baño, como, y me acuesto, generalmente hasta las cuatro y media, cinco. Ponele tres horas de descanso. A las cinco ya me levanto y sin ganas de nada. Porque no voy a mentir: no tengo ganas de nada. Pero bueno, intento llevarla a la plaza o ayudarla a hacer algún deber, que también le cuesta bastante. Hacer algún quehacer y prepararme a las nueve, que me voy otra vez.
E- Claro. ¿Y tenés alguien que te ayude?
J- Sí, mi mamá. O sea, mi familia en general. Yo vivo con mis padres y la nena se queda con ellos. Si no, no podría (…) no podría hacerlo sin la ayuda de mis padres. (Jésica, técnica en Enfermería, Clínica Privada, Sector COVID, abril de 2021).
En principio, debemos señalar que ser “madre soltera”, ser prácticamente el “único sustento” del hogar representa una experiencia extendida para muchas mujeres y conforma un elemento central al momento de construir significados sobre la relación entre los ingresos y el trabajo. En el caso de las enfermeras, según datos producidos a partir de la Encuesta Nacional de Enfermería (PISAC-COVID, 2021) para el año 2021, 8 de cada 10 enfermeras generaba el único o el principal aporte económico del hogar. Para quienes forman parte de un hogar monoparental en el que el salario representa el único sustento, los márgenes de acción son diferentes respecto de lo que sucede en aquellos hogares donde ambos cónyuges aportan al mantenimiento de la casa y a las necesidades de los/as hijos/as. En el caso de Jésica, ella es la única responsable por el sostenimiento de su hija pequeña, por lo que tener dos empleos representa la posibilidad de aumentar sus ingresos a fin de mes y así poder “darle cosas” a su hija, “cosas” que expresan el anhelo de un “futuro mejor” para ambas.
A su vez, las acciones que despliega Jésica para organizar los horarios laborales y extralaborales se vinculan con la forma en que se configura su familia. En su testimonio podemos notar la manera pormenorizada con la que describe sus horarios laborales y extralaborales: a cada hora del día le corresponde una actividad determinada. Para conciliar las exigencias de su trabajo con otras dimensiones de su vida, Jésica realiza una gestión estricta de los tiempos personales y los de su familia. Pese a volver a su casa muy cansada, reserva algún momento del día para realizar actividades de ocio, como ir a pasear con su hija, y ocuparse de otras tareas de cuidado cotidiano, como ayudarla con los deberes de la escuela. El ritmo de trabajo tan intenso, producto del pluriempleo, se traduce en una gestión estricta del tiempo en la vida diaria.
Asimismo, cuando los/as hijos/as son pequeños/as y no pueden quedarse “solos/as”, cuando las responsabilidades por la crianza no pueden ser compartidas con la pareja, las enfermeras deben recurrir a la ayuda de otras personas. En el caso de Jésica, su madre y su padre contribuyen a la organización del día a día cuidando a su hija cuando ella debe ausentarse para ir a trabajar. Como sostienen Faur y Tizziani (2017), las tensiones para compatibilizar las responsabilidades del cuidado y las exigencias laborales no pueden resolverse más que de manera provisional y en el día a día: “es una cuestión de presencias (y ausencias), anclada en la imposibilidad de estar al mismo tiempo en dos lugares” (p. 85). Es decir, el poco tiempo disponible con el que cuentan las enfermeras puede gestionarse en un marco de negociaciones cotidianas que no sólo las involucran a ellas sino también a otras personas que integran el hogar familiar.
2.2 “A mí a veces la cabeza no me da para pensar en nada”. División de los cuidados dentro del hogar y acuerdos conyugales
Como hemos señalado, la experiencia en el trabajo de enfermería se encuentra permeada no sólo por las condiciones de empleo sino también por aspectos vinculados a las responsabilidades familiares. En la vida cotidiana, la relación entre el pluriempleo y las tareas de cuidado dentro del hogar puede dar lugar a conflictos específicos derivados de las múltiples demandas que reciben las enfermeras.
En este punto, debemos considerar que la emergencia sanitaria y el ASPO complejizaron la organización de los cuidados al interior de los hogares, especialmente debido a las modificaciones en la escolaridad presencial y a la disminución de los ingresos familiares. Durante el año 2020 y parte de 2021 se implementaron formas virtuales de escolaridad, lo cual representó una mayor presencia de los niños/as y adolescentes en las casas y, por ende, una sobrecarga en las tareas de cuidado que recaen sobre las mujeres. Ante la imposibilidad de que los niños/as asistieran a la escuela, concurrieran a servicios privados y/o fueran asistidos por niñeras, muchos hogares tuvieron que reacomodar las formas de gestionar los cuidados, lo que dependía de la composición del hogar y de la situación de cada familia. En el caso de las enfermeras, las implicancias de la pandemia en la organización de los hogares fueron particulares, puesto que desde un primer momento su trabajo fue considerado esencial. Otra de las consecuencias de la pandemia fue la pérdida o la reducción de los ingresos, debido a la suspensión y/o el despido de trabajadores/as y a la interrupción de algunas actividades. Según datos producidos a partir de la Encuesta Nacional de Enfermería (PISAC-COVID, 2021), cerca del 30 % de las trabajadoras de enfermería afirmaban que la pandemia había implicado una reducción parcial de los ingresos del hogar.
Para comprender en profundidad la relación entre la pandemia, el pluriempleo y las responsabilidades de cuidado del hogar podemos recuperar la experiencia de Nadia. Ella tiene 35 años, es licenciada en Enfermería y vive junto a su marido y a sus dos hijos, de 4 y 14 años. Su madre y el esposo de ésta también viven “al fondo” del terreno que comparte la familia. Para Nadia, la crisis sanitaria no sólo significó una intensificación de las tareas que realiza en el servicio de terapia intensiva del hospital, sino también que debiera buscar otro trabajo. Su pareja es técnico en Radioterapia y trabajó en una empresa privada hasta que, después de 10 años, fue despedido “así como si nada” durante la pandemia. Pese a que percibió una indemnización, la pérdida de uno de los ingresos del hogar derivó en que Nadia “no tenga” más alternativa que “salir a buscar otro trabajo”, incluso a costa de “exponerse” doblemente al virus.
Actualmente, Nadia trabaja por la mañana en el hospital y, por la tarde, en una clínica; en ambos casos, en el área de terapia intensiva. Se levanta cerca de las 5 de la mañana y regresa a su casa a la hora de la cena. En este sentido, el despido de su marido no sólo significó que ella debiera buscar otro empleo debido a la pérdida de ingresos para la familia, sino que también trastocó la organización de los cuidados: Nadia ya no tiene tanto tiempo disponible para encargarse de esas tareas, cuestión que asumía características específicas en un marco de mayor presencia de los/as hijos/as dentro del hogar, producto de la pandemia.
E- Con respecto a las tareas de cuidado y las tareas del hogar, ¿en este momento las realiza tu marido?
N- Sí, me las realiza mi marido. Y con respecto a las cosas del hogar, cambió todo, desde desinfectar todo lo que traemos del supermercado (…)
E- ¿Con respecto al acompañamiento en la educación, sobre todo de tu hijo mayor que está en secundaria?
N- Él va bien. Está mi marido acá; cuando estoy yo, siempre preguntándole; hay un grupo de WhatsApp de la escuela, que lo tengo yo, donde mandan los links cuando ellos se tienen que conectar. Gracias a Dios, es muy aplicado, no necesito estarle encima. Sí le pregunto, soy constante: si hizo la tarea, si se conectó, como para no llevarme ninguna sorpresa, pero es muy aplicado. Sí, si tiene alguna duda con respecto a una tarea, en ese caso mi marido, porque es el que está acá y el que está más tiempo. A mí, a veces la cabeza no me da para pensar en nada. (Nadia, licenciada en Enfermería, Clínica Privada, Terapia intensiva, abril de 2021).
En su narrativa, Nadia recuerda que, cuando su trabajo fue declarado esencial y las clases presenciales fueron suspendidas, la primera complicación que emergió estuvo vinculada a que “no tenía con quien dejar” a sus hijos. Luego, cuando su marido fue despedido y comenzó a estar más presente en la casa, las responsabilidades sobre las tareas del hogar y el cuidado se invirtieron. Como Nadia tenía sólo unas pocas horas libres entre ambos trabajos, su marido pasó a ser responsable de “quedarse en casa” y ocuparse de las tareas del hogar. En esta línea, resulta interesante cómo Nadia describe este cambio circunstancial de roles: ante la pregunta por quién efectúa dichas labores, afirma “me las realiza mi marido”, indicando que en tiempos de “normalidad” era ella la encargada de realizar las tareas de cuidado. Sin embargo, pese a que Nadia pasa pocas horas en su casa y termina de trabajar muy agotada, afirma que igualmente está pendiente de la escolaridad de sus hijos, en especial de su hijo adolescente. En su relato, enumera las actividades de las cuales se encarga a pesar de no estar físicamente en su hogar: integra el grupo de WhatsApp de la escuela, le pregunta a su hijo si realizó las tareas, está pendiente de la conexión a las clases virtuales, etc. De esta forma, en el escenario doméstico Nadia y su pareja construyen compromisos y arreglos para repartirse las tareas hogareñas y de cuidado de sus hijos. Para repartir estas tareas, construyen negociaciones cotidianas que contemplan las transformaciones que suscitó la pandemia tanto en el plano laboral como en la cotidianidad familiar.
3. Reflexiones y debates para continuar
A partir de recuperar algunos hechos de campo y reflexiones que se desprenden de una investigación doctoral en la que analicé la multidimensionalidad del trabajo de cuidado en enfermería, en este artículo buscamos presentar los diálogos que existen entre este trabajo y otras esferas de la vida, específicamente entre el pluriempleo y las responsabilidades por el cuidado familiar. En este sentido, mostramos cómo esferas de la vida que suelen considerarse escindidas -como el trabajo y la familia- se encuentran, en lo concreto, en permanente diálogo y tensión. Esta cuestión puede observarse con mayor detalle en contextos excepcionales, como la emergencia sanitaria. Concretamente, señalamos que las jornadas laborales apremiantes producto del pluriempleo reducen los tiempos extralaborales con los que cuentan las enfermeras. Por esta razón, las trabajadoras deben realizar una serie de negociaciones cotidianas para responder a las múltiples demandas que reciben tanto de la esfera laboral como del hogar. Las experiencias analizadas nos permitieron ilustrar algunas de las estrategias y los acuerdos que realizan las enfermeras en su día a día: gestionar de forma estricta sus tiempos libres y los de sus familias; organizar los momentos destinados al descanso y/o a otras actividades de ocio sin descuidar las responsabilidades del hogar; elaborar acuerdos con parejas y/o solicitar ayuda a otros miembros de la familia para distribuir las tareas de cuidado.
De esta forma, analizar la relación entre lo laboral y lo familiar desde la experiencia de las propias trabajadoras implica poner en primer plano los arreglos que construyen las enfermeras en su día a día sobre la base de los recursos con los que cuentan, cuestión que a menudo se naturaliza. Para las enfermeras que tienen dos empleos – es decir, dedican aproximadamente 14 horas diarias al trabajo-, la organización del día a día se planifica dentro de márgenes de elección muy estrechos, que se encuentran condicionados por la situación en el empleo y los recursos que pueden movilizar. En casos en los que los márgenes de tiempo libre o extraprofesionales son apremiantes, se vuelven muy importantes las redes de proximidad con las que cuentan, para poder delegar a otros miembros de la familia parte de las responsabilidades del cuidado. Sin embargo, recibir la ayuda de otros familiares no invalida que esas experiencias están cargadas de contradicciones (por ejemplo, por perderse momentos con sus hijos/as y/o tener que delegar responsabilidades que las enfermeras vinculan a la maternidad).
En este sentido, profundizar en las negociaciones cotidianas que realizan las enfermeras nos permite conocer algunas de las implicancias que tiene contar con más de un trabajo remunerado en el bienestar de las trabajadoras y en otras esferas de sus vidas. A la par, recuperar las experiencias concretas de estas trabajadoras nos muestra que, pese a los condicionamientos familiares y los horarios de trabajo extenuantes, las enfermeras no son sujetos pasivos, sino que elaboran una serie de estrategias y acuerdos para gestionar las demandas laborales y extralaborales. Para finalizar, podemos señalar que el pluriempleo representa un fenómeno extendido a buena parte del colectivo de enfermería; es decir, a un grupo laboral central en la atención de la salud, por lo que resulta interesante seguir profundizando en las causas y las consecuencias de esta problemática.
Referencias
Aspiazu, E. (2017). Las condiciones laborales de las y los enfermeros en argentina: entre la profesionalización y la precariedad del cuidado en la salud. Trabajo y sociedad, 28, 11-35.
Esquivel, V. (2011). La Economía del Cuidado en América Latina: poniendo a los cuidados en el centro de la agenda, Serie “Atando Cabos; deshaciendo nudos”, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Centro Regional de América Latina y el Caribe, Área de Práctica de Género, Panamá.
Esquivel, V. y Pereyra, F. (2017). Las condiciones laborales de las y los trabajadores del cuidado en Argentina. Reflexiones en base al análisis de tres ocupaciones seleccionadas. Trabajo y Sociedad, 28, 55-82.
Faur, E. y Tizziani, A. (2017). Mujeres y varones. Entre el mercado laboral y el cuidado familiar. En E. Faur (Comp.), Mujeres y varones en la Argentina de hoy: Géneros en movimiento (pp. 75-99). Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Malleville, S. (2024). Las huellas del cuidado. La multidimensionalidad del trabajo de cuidado en enfermería en instituciones de salud privadas de la ciudad de La Plata (2018-2021) (Tesis de Doctorado). Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, La Plata, Argentina. Disponible en: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/164241
Malleville, S. y Noguera, D. (2021). ¿Situación de emergencia o problemática histórica? Salarios, pluriempleo y organización cotidiana en el trabajo de cuidado de enfermería. En VV.AA, Ensayos sobre género y economía. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Biblioteca Nacional, Ministerio de Economía. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/ensayossobreeconomiaygenero.pdf
Micha, A. (2015). Las condiciones de trabajo de la enfermería en Argentina: algunos determinantes político-institucionales. Revista Estudios del Trabajo, 49/50, 61-90.
Molinier, P. (2012). “El trabajo de cuidado y la subalternidad”. En Cátedra Inaugural en Posgrados en Estudios de Género. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. Disponible en: https://hal.science/hal-01075702/document
Nicole-Drancourt, C. (1989). Stratégies professionnelles et organisation des familles. Revue française de sociologie, 30(1), 57-80.
Novick, M. y Galin, P. (2003). “Flexibilidad del mercado de trabajo y precarización del empleo. El caso del sector salud”. Observatorio de Recursos Humanos en Salud en la Argentina. Información estratégica para la toma de decisiones. Dos estudios, 58, OMS/OPS, Argentina. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/novicketal_observatorio-de-rrhhensalusenarg-2003.pdf
Recepción: 01 marzo 2024
Aprobación: 25 abril 2024
Publicación: 01 agosto 2024