Cuestiones de Sociología, núm. 31, e186, febrero-junio 2025
ISSN 2346-8904
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Departamento de Sociología

Artículos

Representaciones sobre clases sociales y desigualdad social. Un estudio cualitativo en asalariados de posiciones medias de la estructura de clases del AMBA (2018-2019)

María Manuela Leiva
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Cita sugerida: Leiva, M. M. (2025). Representaciones sobre clases sociales y desigualdad social. Un estudio cualitativo en asalariados de posiciones medias de la estructura de clases del AMBA (2018-2019). Cuestiones de Sociología, 31, e186. https://doi.org/10.24215/23468904e186

Resumen: El presente artículo propone conocer las representaciones sociales de profesionales asalariados y gerentes del AMBA acerca de las clases sociales y la desigualdad social. El trabajo es parte de una investigación cualitativa en la que se indagan orientaciones políticas e identidad de clase. El estudio se desarrolla a partir de entrevistas semiestructuradas realizadas en 2018 y 2019 a personas seleccionadas de una base de datos con información proveniente del AMBA. La muestra cualitativa quedó conformada por 20 casos, segmentada por posición (gerencial y profesional asalariada) y por género. El artículo parte de un elemento emergente de la investigación mencionada: los entrevistados se perciben a sí mismos como parte de la clase media, lo que lleva a indagar en sus implicancias. El análisis permite sostener que autopercibirse de “clase media” responde a un sistema más abarcador que incluye otras clases “por arriba” y “por debajo” de ellas. En este sentido, se presentan elementos hallados que permiten un acercamiento a la concepción que tienen los entrevistados sobre la sociedad de clases en la actualidad. Asimismo, el análisis permite focalizar en la polarización entre los extremos que existen entre los “más ricos” y “los más pobres” de la población.

Palabras clave: Representaciones sociales, Clases sociales, Desigualdad social, Clase media, Autopercepción de clase.

Representations of Social Classes and Social Inequality: A Qualitative Study of Salaried Professionals in Middle-Class Positions within the Class Structure of the Metropolitan Area of Buenos Aires (2018-2019)

Abstract: The present article aims to understand the social representations of salaried professionals and managers from the Buenos Aires Metropolitan Area (AMBA) regarding social classes and social inequality. This work is part of a qualitative research project investigating political orientations and class identity. The study is based on semi-structured interviews conducted in 2018 and 2019 with individuals selected from a database containing information from AMBA. The qualitative sample consisted of 20 cases, segmented by position (managerial and salaried professionals) and by gender. The article builds on an emerging element from the aforementioned research: the interviewees perceive themselves as part of the middle class, prompting an exploration of the implications of this self-perception. The analysis suggests that identifying as "middle class" reflects a broader system that includes other classes "above" and "below" them. In this sense, the article presents findings that offer insights into the interviewees' conception of contemporary class society. Additionally, the analysis focuses on the polarization between the extremes of the "wealthiest" and the "poorest" segments of the population.

Keywords: Social Representations, Classes, Inequality, Middle Class, Self-perception of Class.

Introducción

El presente artículo tiene como objetivo conocer las representaciones sociales de profesionales asalariados y gerentes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) acerca de las clases sociales y la desigualdad social. Esto permite describir cómo es concebida la sociedad argentina actual en términos de clases sociales, por parte de personas que ocupan posiciones medias en la estructura. Estas, al no ocupar las posiciones extremas de riqueza o de pobreza, no son aquellas que más se benefician o sufren la desigualdad económica. Asimismo, la investigación se centra en posiciones medias específicas, profesionales asalariados y gerentes, cuyas características particulares y de relevancia teórica serán presentadas a lo largo del desarrollo del artículo.

Este texto es parte de una investigación más extensa que aborda la identidad de clase y las orientaciones político-ideológicas de la población referida, mediante un análisis cualitativo llevado adelante durante los años 2018 y 2019.1 Particularmente, el artículo parte de un emergente de dicha investigación: los entrevistados se perciben a sí mismos como parte de la clase media. Esto es lo que lleva a indagar en las implicancias del uso que hacen los entrevistados del término clase media.

Con este punto de partida, y con el fin de hallar un posible nexo entre el uso del término con una concepción más general de la sociedad argentina actual, en el artículo se presenta el análisis realizado en base a las palabras de los entrevistados, en torno a la implicancia del término clase media como apertura a las concepciones acerca de la estructura de clases y acerca de la desigualdad social.

El desarrollo del artículo presenta el siguiente orden. En primer lugar, se plantean aspectos teórico-metodológicos; luego, se presenta el análisis de los datos obtenidos; y, finalmente, se expone una recapitulación de los resultados presentados y reflexiones finales, a modo de conclusiones.

1. Aspectos teórico-metodológicos

1.a. Estudios recientes y relevancia del tema

Las posiciones en estudio son consideradas parte de la clase media, término amplio y de límites difusos (Bourdieu, 2001), que es apropiado por gran parte de la población (Elbert, 2020; Grimson, 2015). Se puede registrar la centralidad que tiene esta noción, tal como explica Paramio (2012), ya en Aristóteles, quien resaltaba su capacidad de restablecer el equilibrio social, inclinándose hacia la clase alta o la baja, en caso de que este sea amenazado por alguna de ellas. Esta relevancia otorgada a la clase media no solo se debe a su rol moderador, sino que también se la considera con la capacidad de inclinar la balanza del poder. Así, el término clase media se convierte en parte del vocabulario estratégico de la política (Sick, 2014). Las personas de posiciones medias asalariadas entrevistadas se identifican a sí mismas como parte de la clase media, como se mencionará en un próximo apartado. Esto lleva a indagar en las implicancias de esta identificación.

Pero antes deben mencionarse brevemente trabajos recientes y actuales relacionados con el tema, que permiten observar la vigencia de la temática. Sobre aspectos subjetivos vinculados a la identidad de clase son antecedentes las investigaciones de Jorrat (2008) y Sautu (2001), las cuales analizan el tema desde abordajes cuantitativos y cualitativos. Por su parte, Assusa y Rodríguez de la Fuente (2024) analizan la correspondencia entre clase objetiva y autopercepción de clase, con especial interés en la alta identificación de la población argentina con la clase media, con el fin de complejizar su análisis.

Asimismo, el análisis contempla elementos relativos a cómo se concibe la sociedad argentina, cuyo rasgo de desigualdad es central (Chávez Molina y Pla, 2018). En cuanto al desarrollo de investigaciones que exponen la desigualdad social existente desde una perspectiva centrada en la estructura de clases, se hallan estudios que trabajan el AMBA (Sautu, Boniolo, Dalle y Elbert, 2020) y el Gran La Plata (Muñiz Terra, 2024).

Particularmente en torno a las percepciones de desigualdad, se tiene por principio que la posición ocupada en la estructura de clases habilita ciertas experiencias que llevan a sentir la desigualdad de maneras diversas. Estudios anteriores han hallado que las percepciones de alta inequidad distributiva coinciden con la desigualdad objetiva de América Latina (CEPAL, 2010). En base a este reconocimiento de las asimetrías distributivas, se ha planteado que no estaría funcionando el enmascaramiento de la desigualdad y que ella podría haberse transformado en un parámetro de la vida social –idea relacionada con la aceptación pragmática de la sociedad de Mann (1970, citado en Cepal, 2010), en la que se consideran las asimetrías sociales como normales e inevitables, y que una sociedad justa sería inviable para la mayoría de la población–.

Actualmente, en torno al tema, Assusa y Kessler (2020 y 2021), partiendo de que las percepciones de desigualdad no son un mero reflejo de las condiciones objetivas, continúan con estas indagaciones y sostienen que en el estudio de las percepciones sobre la desigualdad se deben tomar en cuenta otros aspectos y que cada caso nacional tiene particularidades. Específicamente en el caso de Argentina, en base a comparaciones internacionales, Jorrat (2014) suma en su estudio el análisis de las visiones sobre la estructura que los argentinos consideran que tiene la sociedad argentina, comprobando la importancia que tiene la idea de pertenecer a un país elitista y con alta desigualdad de ingresos.

1.b. Definiciones teóricas fundamentales

La perspectiva teórica adoptada en el abordaje del tema permite comprender la particularidad de las posiciones en estudio y los procesos que permiten la configuración de los aspectos subjetivos analizados en el presente trabajo. A continuación, se presentan las definiciones fundamentales para comprender el marco que sostiene el análisis y permite interpretar los resultados.

En cuanto a las posiciones medias asalariadas, estas son comprendidas en el estudio como posiciones contradictorias de clase, las cuales llevan en sí mismas la contradicción de los intereses de ambas clases fundamentales del capitalismo –burguesía y proletariado–. Siguiendo a Wright (1997 y 1995), existen diferenciaciones dentro de la fuerza de trabajo para poder distinguir a todas aquellas posiciones que, si bien venden su fuerza de trabajo, no parecen ser posiciones de clase obrera. Para captarlas, el autor establece dos variables ligadas a características propias de esta población. La primera, vinculada al control de recursos organizativos, es la variable “autoridad”: hace referencia al papel de dominación o control de las actividades de los trabajadores dentro de la producción por parte de otros. La segunda dimensión a tomar en cuenta es la “calificación”. Tal como los directivos, los empleados con calificaciones ocupan una posición privilegiada teniendo salarios por encima del promedio, debido a que las calificaciones son escasas en el mercado de trabajo. Estas calificaciones se obtienen generalmente a través de los títulos educativos, lo que se vincula con el nivel de educación formal finalizado.2

Estas definiciones dan cuenta de aspectos objetivos, pero para captar el aspecto subjetivo es necesario tener una mirada focalizada a nivel microsocial y que permita la interpretación de las representaciones de los entrevistados. En este sentido, al poner el foco en el plano subjetivo, se requiere pensar en los procesos de nivel individual en el marco de la ubicación de las personas en la estructura social (Sautu, 1999). Para esto es necesario dar lugar a los procesos que funcionan como mediaciones entre ellos, como la experiencia (Thompson, 2012), que queda condicionada por las relaciones de producción que distribuyen a los sujetos en distintas posiciones (Meiksins Wood, 1983).

Debido a que las posiciones en estudio, por definición, llevan en sí mismas la contradicción de los intereses de ambas clases fundamentales y antagónicas, la experiencia que vivan es particular y resulta relevante comprender cómo estas contradicciones son procesadas subjetivamente. Así, sin que las relaciones materiales dejen de ocupar el lugar central, se deben tomar en cuenta las construcciones de significaciones, de identidades e intersubjetividades a través de la acción y el lenguaje (Galafassi, 2020).

A su vez, es en la experiencia y a través de la interacción que el individuo es interpelado por ideologías, siendo estas también nexo entre las relaciones objetivas/estructura y las subjetividades. La formación de los seres humanos por parte de cualquier ideología implica un proceso simultáneo de sometimiento y cualificación. El proceso de sometimiento-cualificación comprende tres modos de interpelación ideológica. Por un lado, hace reconocer lo que existe y no existe. También la interpelación indica lo que es bueno, correcto, justo, agradable, y todos sus contrarios; estructurando y normalizando los deseos. Y también indica lo que es posible e imposible, lo cual moldea el sentido del cambio, configurando las esperanzas, ambiciones y temores (Therborn, 1987). Estos tres modos de interpelación están relacionados y conforman las identidades y visiones sobre lo existente y verdadero, además de darle una connotación moral al indicar lo que es bueno o lo contrario.

En base a lo anterior, la subjetividad, entonces, se conforma en la interacción social a través de la comunicación y es moldeada tanto por la experiencia biográfica marcada por la estructura, las interacciones cotidianas y las interpelaciones ideológicas que forman a los sujetos. Para captar aspectos relevantes de la subjetividad de las personas en estudio, la presente tesis aborda a través de entrevistas semiestructuradas la búsqueda de representaciones sociales, entendiéndolas, en coherencia con lo planteado hasta el momento, como: “una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana (…), la actividad mental desplegada por individuos y grupos a fin de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos, objetos y comunicaciones que le conciernen” (Jodelet, 1986, p. 473).

1.c. Metodología

Teniendo en cuenta las definiciones expuestas anteriormente, se seleccionaron 20 casos de una base de datos con información obtenida en 2015-2016 en el AMBA (PI-Clases, 2016). Este es el aglomerado urbano más grande de Argentina, conformado por la Ciudad de Buenos Aires, en la que se asienta el gobierno nacional, y 24 partidos del Gran Buenos Aires. Estos últimos rodean a la ciudad mencionada y la continuidad urbana de ambas jurisdicciones conforma esta metrópolis. Debido a su primacía poblacional, este aglomerado fue seleccionado para realizar el presente trabajo.

En cuanto a la distribución de la muestra cualitativa obtenida, fueron seleccionadas personas asalariadas con nivel educativo universitario finalizado sin personal a cargo (profesionales asalariados), con personal a cargo (profesionales asalariados con personal a cargo) y que ocupen puestos gerenciales (gerentes).

Además de la posición dentro de la estructura de clases, en la selección de casos se tomó en cuenta la edad y el género. Se entrevistaron personas de entre 25 a 65 años. La importancia de tomar edades diferentes radica en que permite garantizar que las personas hayan recorrido su trayectoria ocupacional y de vida a través de distintos momentos políticos e históricos, los cuales influyeron y modelaron la formación de sus subjetividades hasta el presente.

En relación al género, a los fines de la presente investigación, sería indistinta la elección entre hombres y mujeres, teniendo en mente de manera excluyente el criterio basado en las posiciones estructurales. Sin embargo, en la búsqueda de casos se intentó respetar iguales proporciones de hombres y mujeres seleccionados, debido a que la pertenencia de género es un factor de mucha influencia en las experiencias biográficas, las cuales son las mediaciones entre la estructura y la subjetividad. Respetando estos criterios, la distribución de entrevistas quedó compuesta de la siguiente manera (tabla 1):

Tabla 1

Fuente: elaboración propia.

Se puede advertir en la distribución que fue más fácil encontrar mujeres profesionales asalariadas sin personal a cargo, que hombres profesionales asalariados en ese puesto. A los hombres fue más fácil hallarlos en posiciones de autoridad sobre otro/s. El resto de los casos se distribuyen de manera homogénea.

Asimismo, se destaca que las personas seleccionadas tienen al menos nivel universitario completo. Los títulos obtenidos tienen importancia en las trayectorias ocupacionales de los entrevistados porque sus formaciones universitarias las han permeado y los acompañan en sus trabajos actuales. Además, en algunos casos los trabajos y posiciones desempeñados les permitieron a los entrevistados ocupar posiciones de clase diferentes a las correspondientes a sus clases de origen. En ese sentido, al menos la mitad de los entrevistados proviene de la clase trabajadora y 16 de 20 entrevistados se formaron en universidades públicas.

En base a lo planteado, para captar aspectos relevantes de la subjetividad de las posiciones en estudio, se realizaron entrevistas semiestructuradas a los profesionales asalariados y gerentes del AMBA seleccionados, en las que se abordaron profundamente temas de índole política, de clases sociales y de desigualdad social. Las entrevistas desgrabadas fueron analizadas de manera temática. Así, el análisis de los relatos es sincrónico y buscó identificar nodos o tópicos temático-narrativos. En este sentido, se identificaron áreas temáticas significativas y consistentes en la estructura narrativa del relato (Muñiz Terra, 2018). Para esto se utilizó la herramienta de análisis cualitativo ATLAS.ti, que permite ordenar y sistematizar la información producida en las entrevistas. Así, de las entrevistas emergieron distintos núcleos temáticos que se convirtieron en las subdimensiones del trabajo, agrupadas en las dimensiones más generales de la investigación de la que proviene el presente artículo: Identidad de clase y Orientaciones político-ideológicas.

Particularmente en el artículo se presenta el análisis realizado en torno la implicancia del término clase media como apertura a las concepciones acerca de la estructura de clases y acerca de la desigualdad social3 de la sociedad argentina. En relación a esto se señala que en el artículo se presentarán fragmentos de entrevistas que permiten el desarrollo del análisis.

Asimismo, se aclara que los términos utilizados son emergentes de las entrevistas. Particularmente, al hablar de clases sociales y desigualdad social se preguntaba explícitamente a los entrevistados por estos términos. Por un lado, se realizaban preguntas orientadas a conocer la creencia en la existencia o inexistencia de las clases sociales en Argentina. En sus respuestas los entrevistados afirmaban la existencia de las clases y daban cuenta de cuáles eran. Por otro lado, como la desigualdad social abarca diferentes dimensiones, se preguntaba a los entrevistados de modo amplio si creían que había desigualdad y qué tipo de desigualdad creían que existía o a qué se debía, con el fin de conocer sus representaciones y a qué les remitía hablar de desigualdad social. Las respuestas encontradas referían predominantemente a la dimensión económica de la desigualdad.

2. Resultados de la investigación

2.1. Clase media como apertura a la concepción de la estructura de clases

A través de las palabras de los entrevistados se pudieron conocer sus autopercepciones de clase al reconocerse como parte de la clase media. Sin embargo, no se ha reflexionado aún en las implicancias que tiene el uso de este término.

En principio, de las entrevistas emergió que los profesionales asalariados y gerentes entrevistados manifiestan que para ser de clase media se debe poseer alguna de las siguientes características.4 En primer lugar, se considera que ser de clase media significa tener formación educativa como herramienta, lo que corresponde a alcanzar un título universitario y/o terciario. Consecuencia de eso es obtener un lugar competitivo en el mercado de trabajo, lo que implica tener trabajo, tipo de trabajo considerado bueno, conseguirlo fácilmente; a diferencia de aquellos que no tienen el mismo nivel educativo.

En segundo lugar, los entrevistados de posiciones medias comprenden que la clase media es definida por las posesiones, consumos y capacidad de ahorro. Esto se vincula estrechamente con los ingresos, que posibilitan lo antedicho. Asimismo, estos ingresos –en el caso de los entrevistados, salarios, facturación y/o rentas– se vinculan con el emergente anterior –formación educativa–, en tanto los salarios y otros ingresos profesionales, en caso de que los tengan, provienen de los trabajos obtenidos por los títulos universitarios.

Especificando el tema, las posesiones a las que se refieren son bienes y servicios. Dentro de los primeros se nombra la posesión de una casa, un auto; y dentro de los segundos, el pago de una obra social y la posibilidad de pagar un colegio privado y/o actividades extracurriculares. Además, se hace referencia a otros consumos relacionados con el esparcimiento como vacaciones y salidas, como ir a cenar, al teatro, cine, bares. Y, por último, también vinculado a los salarios/ingresos, es mencionada la capacidad de ahorro.

El tercer elemento extraído acerca de lo que significa ser de clase media trae aparejada una complejidad al momento de identificarse por parte de los entrevistados. En este sentido, se encuentra una descripción de la clase media enfocada en el comportamiento e ideas considerados de clase media, en el que se resaltan cualidades desfavorables, como su rasgo pretencioso, aspiracional y su búsqueda para diferenciarse de los sectores populares.

Esta caracterización negativa introduce una dificultad al momento de identificarse a sí mismos con la clase media. Esta dificultad es resuelta mediante una justificación en la que generan una división entre un plano económico y un plano de las ideas. De esa manera, los entrevistados realizan una separación a partir de la cual se pueden identificar con la clase media. Así, se identifican por lo que definen como “económico”, lo que refiere a sus ingresos/salarios. Pero, al mismo tiempo, pueden diferenciarse por las ideas que tienen respecto a la política y la sociedad, distintas a las que consideran que tiene la clase media.

A partir de esto, que los entrevistados hayan hablado desde las posiciones medias acerca de lo que es la clase media, conduce directamente a un aspecto fundamental de sus concepciones sobre la sociedad de clases actual. Este aspecto se observa en las representaciones que tienen sobre la estructura de clases; es decir, hablar de clase media responde a un sistema más abarcador que incluye otras clases y una forma específica de nombrarlas. El presente apartado se propone indagar en ello.

En principio, vale remarcar que el que los sujetos lleguen a considerar determinados términos como verdaderos y no otros, siguiendo a Therborn (1987), depende del reconocimiento que hacen de lo que existe y de lo que no existe. Este reconocimiento resulta de un proceso que interpela al sujeto, así como también indica quiénes somos, qué es el mundo, la sociedad, entre otros. De este modo, se adquiere no solo un sentido de identidad, sino que también se concibe lo que es verdadero y falso, estructurando la visibilidad del mundo.

En principio, quedó afirmada la autopercepción de los entrevistados como parte de la clase media. Este “ser/existir” en la clase media implica que se está en el medio, lo cual nos conduce a indagar en este espacio que se puede contemplar horizontal o verticalmente. Estar en el medio se puede graficar del siguiente modo:

Figura 1
Representación acerca del medio en la sociedad
Representación acerca del medio en la sociedad
Fuente: elaboración propia.

El primer elemento surgido de las entrevistas a destacar es la concepción gradualista de la estructura de clase argentina. En este sentido, ante la pregunta acerca de cuáles son las clases, los términos en los que se expresan son: “Y… a grandes rasgos baja, media y alta” (Miguel, gerente); o “me sale pensar en clase baja, media, alta; no sé, me sale pensar en eso” (Matías, gerente). Así, en sus respuestas las clases son nombradas en términos de “alto, medio, bajo”, lo que se corresponde con el esquema vertical expuesto anteriormente.

A este esquema se le suman, en la generalidad de los casos, otros elementos que pueden observarse en respuestas como la de Ariel, quien al preguntarle si creía que en Argentina había clases sociales, expresa:

Sí, claro, sí, sí, muy diferenciadas, sí, sí (…) está la muy alta, la muy muy alta, digamos, que son muy pocos, muy muy pocos; la alta, que bueno, cada vez se va agrandando más la pirámide, pero sí, después tenés clase media alta, clase media, clase media baja, clase baja, o sea, indigencia total. Pero sí creo que todas esas clases hay, creo que todo ese abanico de clases están en Argentina, sí, sí. (Ariel, profesional asalariado con personas a cargo)

A través de las palabras del entrevistado se ponen en evidencia los elementos que permiten mayor acercamiento a la concepción que tienen los entrevistados acerca de la sociedad argentina. En este sentido, el esquema de clases no solo es gradualista/vertical, sino que, además, cuenta con forma piramidal –lo cual manifiesta explícitamente–. Esto significa que de la parte más baja a la más alta, disminuye su tamaño/cantidad de población, como se observa en la figura 2.5

Figura 2
Representación de la estructura de clases
Representación de la estructura de clases
Fuente: elaboración propia.

Asimismo, emerge del fragmento que las clases sociales se encuentran segmentadas, al decir que están muy diferenciadas. También se halla la identificación de matices entre estos niveles, lo que significa que existen segmentos intermedios dentro de las clases y una gradación entre ellos, a lo que el entrevistado refiere como abanico de clases. Con otras palabras, también es señalado por Verónica: “(…) Hay como diferentes signos, no sé si es tan marcado, ¿no?, baja, media y alta, hay como diferentes escalones, por lo menos lo que yo veo dentro de la estructura de nuestra sociedad” (Verónica, gerenta).

Acerca de esto, Fabiana se explaya en una descripción de los distintos segmentos de clase:

Nada, tenés un sector, como todo, igual se repite en varios países, no somos originales. Unos, no sé cuantificarlos, pero unos grandes empresarios mega millonarios, que no es nuestro caso; después tenés dentro de la clase media, clase media es muy abarcativa, porque hay clase media más acomodada, ¿sí?, como, sería mi caso que yo puedo llegar a fin de mes, me puedo dar ciertos privilegios; y después tenés la clase media que la pelea mal para llegar a fin de mes, para… que hace un esfuerzo enorme para mandar a sus chicos a la escuela privada porque la pública no le cumple, entonces, hace un esfuerzo gigante para que ese chico tenga más posibilidades el día de mañana y se mata para llegar a fin de mes y sacrifica muchas cosas para que el chico vaya a una escuela privada; y después tenés una clase media que no llega, que aunque quiera no llega, y que está cada día más lejos, para mí, de ser clase media. Y después tenés, lamentablemente, una clase pobre muy grande, no la puedo cuantificar, no sé los números, no sé. Y después tenés a esa gente que ya ni califica como pobreza, ya es indigencia. (Fabiana)

Este fragmento no solo contiene el elemento de segmentación y gradación de las clases, sino que además habilita la incorporación de uno nuevo: el movimiento descendente de segmentos propios del proceso de fragmentación de la clase media. Esto se expresa en la idea de la existencia de una clase media acomodada, una clase media que se esfuerza y se sacrifica y una clase media que, aunque quiera, no llega y está cada día más lejos de ser clase media.

La mirada tan detallada sobre las particularidades que diferencian a la clase media puede ser relacionada con la posición objetiva y subjetiva media de los entrevistados, lo que hace que –debido a la cercanía– puedan observar las diferencias específicas dentro de esta clase. Este rasgo de diferenciación dentro de la clase media queda registrado también en la entrevista de Andrés, quien al preguntarle sobre las clases que existen en la sociedad argentina, dice:

Las clásicas que son las tres clases: la alta, la media y la baja. Lo que vos tenés en la media… tuviste una división donde la media es media baja; la media baja serían personas que están en el límite, pero pueden acceder a educación, o sea, porque a la clase baja le cuesta muchísimo acceder a la educación para poder proveerse el día de mañana. La clase media baja, yo considero que todavía siguen accediendo a lo que es poder formarse tanto en escuela secundaria como en universidad para el día de mañana poder progresar. La clase media... o sea, dentro de la clase media creo que son los estratos que más se separaron. Hay clase media que subsiste, hay clase media que quedó media baja. No creo que haya una media que se acerque a la alta hoy en día, o sea, o sos alta o media. Pero esas son las divisiones que veo. (Andrés, profesional asalariado con personal a cargo)

En principio, es importante destacar que Andrés comprende que lo que permite seguir diferenciando a la clase media baja de la baja es el acceso a la formación secundaria y universitaria. La centralidad que tiene para los entrevistados la educación al hablar de la clase media también se pudo registrar a través de las palabras de Fabiana citadas anteriormente. En este sentido, ambos entrevistados hablan del acceso a la educación y/o el acceso a la educación de los hijos para mayores posibilidades y/o poder progresar “el día de mañana”, dando cuenta de una visión y planificación a futuro mediante la educación formal.

Además, en el relato de Andrés, así como también se encontró en el fragmento de Fabiana –quien plantea que hay una diferencia en la clase media entre la parte más acomodada, la otra parte que se sacrifica y la otra que, aunque quiera, no llega–, hace alusión a esta idea de desplazamiento hacia abajo –término utilizado teniendo en mente la manera en que consideran la estructura los entrevistados– de segmentos de clase media, al dividirla entre la parte que aún subsiste y la que quedó media baja. La idea del desplazamiento hacia abajo, como se observa en la figura 3, es expresada explícitamente por Verónica: “hay gente que no pudo sostenerse como clase media y esa gente quedó desclasada, por decirlo de alguna forma, se cayó en los escalones” (Verónica, gerenta).

Figura 3
Representación sobre fragmentación y descenso de clase media
Representación sobre fragmentación y descenso de clase media
Fuente: elaboración propia.

De esta manera, queda subrayada la importancia que se le atribuye a la fragmentación de la clase media, lo que incluso puede llegar a la consideración de que dicha fragmentación es la que genera la separación de la sociedad en su totalidad. Esta idea es presentada por Octavio, quien al preguntarle si cree que en Argentina hay distintas clases sociales, dice:

Principalmente clase media, hemos separado lo que es clase media alta y clase media baja, generalmente se hace esa distinción. También lo que ha prosperado, que se ha… digamos, la brecha esa que se ha armado así, bueno, se han creado estos barrios cerrados, digamos, si eso está creciendo, es decir, hay algo que no está del todo bien porque se está, entonces, abriendo esa pirámide que estaba concentrada en el medio, en polos. Digamos, la época cuando yo me crie todo eso, barrios cerrados, esas cosas no existían, eran todos abiertos, había seguridad, pero no eran barrios cerrados, y eso hace que la sociedad se esté separando, ¿no? Eso es un síntoma, digamos, de que hay algunas cosas que no están del todo bien planificadas (…). (Octavio, gerente)

Se puede observar que, al hablar de la clase media, Octavio entiende que se está separando y dividiendo en dos polos. También le dedica especial atención a la división dentro de la clase media y la segregación espacial elegida por los segmentos más favorecidos al hablar de la parte de la clase media que en un contexto de creciente aumento de las desigualdades repliega su vida hacia lo privado (Svampa, 2005).

Ahora bien, al mencionar esta diferencia, Octavio transmite cierta preocupación al considerar que no solo se genera una brecha dentro de la clase media, sino que, además, eso sería lo que genera que la sociedad se esté separando.

La representación surgida del relato de Octavio, que da cuenta de la autosegregación, mantiene una continuidad con las ideas sobre la separación de la clase media citadas anteriormente. La separación que tiene lugar en la clase media y el movimiento descendente de parte de ella también se encuentra representada en el relato de Laura, al plantear que hay una clase media tratando de mantenerse en esa posición –del mismo modo que fue señalado en casos anteriores–. Ella dice:

Y… me tengo que ir a la parte… lo relaciono con lo monetario... Es la gente que tiene mucho dinero o… no está mal que lo tenga, para mí puede haber una clase superior que tenga mucho dinero; hay una clase media que está tratando de subsistir y de mantenerse dentro de lo que es la clase media; y una clase que no tiene ni para comer ni para vivir, no tiene acceso a la educación, a la salud, ni a una vivienda que llamamos digna en este momento, en este siglo, sí. (Laura, profesional asalariada con personal a cargo)

Nuevamente, a través de estas palabras, se encuentra la representación de la clase media ligada a un esfuerzo para mantenerse dentro de la clase media. Al mismo tiempo, este fragmento es seleccionado porque permite introducir un nuevo elemento. Este se refiere a la polarización entre aquellos que tienen mucho dinero y aquellos que no tienen acceso a condiciones dignas o, en otras palabras, a la polarización entre los extremos de riqueza y pobreza dentro de la estructura de clases. Esto permite indagar en las representaciones de la desigualdad social que tienen los entrevistados.

2.2. Representaciones sobre la desigualdad de la estructura social

Los entrevistados de posiciones medias del AMBA consideran que existe desigualdad social, algo que pudo rastrearse al hablar de la estructura de clases o de los más ricos y más pobres de la sociedad. Además, teniendo en cuenta la desigualdad objetiva (Chávez Molina y Plá, 2018), resulta de especial interés conocer cómo la desigualdad económica es percibida por quienes se encuentran en posiciones intermedias de la estructura de clases, en las que no se imponen las condiciones extremas de riqueza y pobreza. Así es como, en principio y siguiendo la línea de lo expuesto previamente, se encuentra que la desigualdad surge a través de la descripción misma de la estructura de clases. Sobre esto, Clara expresa:

Para mí hay un pequeño porcentaje que son los que se llevan toda la torta. Después hay una clase media que es una clase media alta. Después está la clase laburadora, que es el que se defiende con el salario y hasta ahí. Después está la clase baja, que no llega, que yo creo que en estos años esta clase laburadora que te digo, muchos terminó siendo esta clase baja que no llega con el salario. Y después están las personas que directamente son, viste los que no tienen casa, los que los encontrás en la calle, los que tienen que asistir a los comedores, los que tienen… bueno, todo esto que vemos a diario. (Clara, profesional asalariada)

De esto se desprende la vinculación entre las clases sociales y la ocupación (al hablar de laburo), pero sobre todo la asociación de la desigualdad con los salarios/ingresos (clase baja que no llega con los salarios) y con el acceso a bienes y servicios (los que no tienen casa y deben asistir a comedores). Lo que hace este tipo de descripción es concebir un gradiente de matices dentro de clases que conforman la estructura, tal como ya fue presentado. Asimismo, se destaca la comprensión de una fuerte brecha entre los que se encuentran en la cúspide y los más desfavorecidos, que son presentados como aquellos que “se llevan toda la torta” y aquellos que se encuentran en la calle sin poder proveerse lo básico, respectivamente. Al hacer referencia a estos últimos, la entrevistada permite observar que esta situación es la que vemos a diario.

Las percepciones de Verónica son similares y también se destaca la representación de que en la clase alta son pocos. Así lo expresa:

no sé en porcentajes, pero hay un 1 % muy rico, muy muy rico, las familias patricias, las que tienen campos, las que son dueñas de grandes empresas familiares, histórica. Esas siempre van a ser ricas. Después está la clase empresarial, que no sé si son ricos ricos, pero bueno, sí. Los profesionales, clase media, media alta. Clase media. Y bueno, después clase media baja. Clase baja, bueno, los que... la pobreza y los que están en la indigencia (…). (Verónica, gerenta)

En los fragmentos se observa que los entrevistados distinguen a un pequeño porcentaje perteneciente a la clase alta o los más ricos y ubican en el otro extremo a la indigencia. Por lo recurrente de este elemento de polarización social en las representaciones sociales de los entrevistados sobre la estructura de clases argentina, se profundiza en ellos.

2.2.1. La clase de “los que se llevan toda la torta”

En principio, acerca de las representaciones sobre la clase alta es importante tener en cuenta como punto de partida lo expresado anteriormente, la idea de que son pocos o, en palabras de Clara, un pequeño porcentaje que son “los que se llevan toda la torta”. Esta oración se repite, en otros términos, también por otros entrevistados. Al hablar de los sectores que consideran de clase alta, se habla de ellos con lejanía y desconocimiento de cómo llevan adelante sus negocios. En este sentido, Julia plantea:

Y después sí, clase alta, una clase alta, y después creo que hay una clase más alta que la alta [risas], que ya son los que están con todo el tema financiero que qué sé yo cómo hacen para vivir siempre haciendo plata, invirtiendo, y sin hacer nada [risas], sin trabajar, o que heredaron empresas, millones, y qué sé yo, bueno, ahí están las cuentas en otros países, son los más vivos, digamos [risas], eso creo que ya supera las clases altas, las más altas. (Julia, profesional asalariada)

Así, la entrevistada da cuenta del misterio que rodea el modo en que la clase alta hace plata, lo que es acompañado por la acotación de que lo hacen sin trabajar. Esto se presenta como un conocimiento vedado, inaccesible, lo que da cuenta de la lejanía con esta clase.

Por otro lado, la expresión de la entrevistada acerca de una clase alta y una “más alta que la alta” reconfirma la gradación de segmentos dentro de las clases referida anteriormente. También permite señalar que las representaciones acerca de los segmentos más altos se pueden pensar en asociación al indicador de distribución de ingresos, frecuentemente utilizado para medir la desigualdad, basado en la distribución de la población en deciles y el porcentaje de ingresos de cada decil. En el fragmento anterior, Julia distingue a una clase alta y una “más alta que la alta”, lo que coincide con aquellos que critican que el nivel de ingresos considerados del decil más alto sea tan bajo, ya que implica que ese lugar considerado más alto sea compartido por quienes tienen ingresos muy diferentes entre sí. De hecho, Benza y Heredia (2019) recalcan el planteo teórico de diferenciar el segmento del 10 % o 5 % más alto de las 200 familias correspondientes al 1 %. En este sentido, se hallan diferencias que no se deben soslayar, que radican en que los ingresos de los primeros pueden provenir de los salarios que reciben, mientras que los de los últimos provienen de la explotación capitalista, con las consecuentes ganancias de las grandes empresas de las que son dueños.

Asimismo, del fragmento se quiere destacar la idea de que los pertenecientes a la clase alta tienen el dinero en cuentas en otros países, algo que también es sostenido por Tamara, quien cree que “hay clase que tiene mucha plata, mucha, y más allá de que haya crisis en el país, las inversiones las tienen en otro lado y por ahí no tienen las mismas ganancias, pero van a seguir teniendo guita” (Tamara, profesional asalariada), y por Guillermo, quien dice que la clase alta “son todos los que (…) se han llevado tantos millones de dólares afuera” (Guillermo, profesional asalariado con personal a cargo).

Al igual que en el fragmento, donde se nombra la herencia de empresas y millones, Ariel parece mostrar que ser de clase alta no se consigue, sino que se nace así y, además, lo vincula a actitudes de dicha clase:

Y bueno, la clase alta, la mayor cantidad de… casi toda la clase alta nacieron ya así, nacieron clase alta, entonces… y creo que eso le genera vivir en una nube de pedo, digamos, entonces, ¿cómo los veo?, yo los veo muy malas personas, a ver, los veo muy malas personas porque viven… pero por cómo vivieron ellos eh, no se dan cuenta que viven en un mundo… ellos nunca tuvieron una necesidad de nada. Yo tampoco la tuve, pero creo que tengo los pies más sobre la tierra y la veo más de cerca la necesidad de la gente. En cambio, ellos no, ellos viven en una nube de pedos y son… tienen menos sensibilidad con lo que les pasa a la gente. Así es la clase alta, igual son muy pocos, por suerte. Pero bueno… (Ariel, profesional asalariado con personal a cargo)

Así es como para el entrevistado la existencia de la clase alta queda asociada a lo malo, en tanto los considera malas personas –lo que paradójicamente hace que agradezca que sean pocos–. Es decir, los más ricos no tienen noción de las necesidades de otros porque no las tuvieron ellos mismos; lo cual los hace ver como malas personas. A diferencia de ellos, él sí las percibe a pesar de no haber pasado tampoco por necesidades insatisfechas. Así, se observa no solo lo que concibe que existe en el mundo, sino, además, lo que está bien y lo que está mal. En este caso, se refiere a los más ricos, de manera que queda expuesta la representación negativa y el rechazo que siente por ellos.

Por último, tal como anteriormente fue mencionado el desconocimiento acerca de cómo hace dinero la clase alta, tampoco se entiende el destino que se le da. En relación con esto, Fabiana manifiesta:

a mí el tema de los que están arriba con… que acaparan y que tienen miles y miles de millones, y que vos decís ‘¿para qué querés tanto si no lo vas a poder gastar?’, ¿me entendés?, que acumulan, esa ambición, esa… ‘si igual no la vas a poder gastar ni vos, ni tus hijos, ni tus nietos, ¿para qué querés tanto?’, eso no me gusta. (Fabiana)

Una idea similar expresa Matías cuando dice:

La clase alta… me parece que clase alta es la que no tiene, o sea, tiene ingresos que… muy superiores a los que necesita para vivir o para gastar o para… yo pienso en eso, gana mucho más dinero del que gasta. (Matías, gerente)

En este fragmento, el entrevistado plantea que aquellos que tienen mayores ingresos cuentan con mucho más de lo que necesitan para gastar, en línea con lo mencionado por la entrevistada en el fragmento anterior.

2.2.2. Los excluidos “que sobreviven”

En el extremo opuesto de la riqueza, los entrevistados encuentran la pobreza. Lo nombran como los excluidos y/o los que tienen trabajos precarios. Específicamente hacen referencia a aquellos que buscan entre la basura algo para llevar (en sus palabras, revuelven la basura), los que juntan cartones, o cuidan autos en la calle por cuenta propia y de modo informal. Sobre ellos, Julia dice:

está la clase más baja de todas, que sería esta clase que estábamos hablando, los excluidos totalmente de acceder a lo que te decía, a la salud, a la alimentación, a la educación, es el que sobrevive como puede, digamos, revuelve la basura, que encuentra algo, come. Y aparte también eso, bueno, por lo que he visto, es como que ya no esperan ni vivir al otro día, es como que, bueno, ‘sobrevivo hoy’ y tampoco es que le importa vivir, morir, no sé, es como una cosa ya… esa es la clase excluida, creo. (Julia, profesional asalariada)

Así, Julia entiende que hay personas que no acceden a satisfacer sus necesidades básicas. Se encuentra la idea de sobrevivir, tal como también lo observa Andrés, quien considera a la clase baja del siguiente modo:

los que están por debajo del límite de pobreza, los que mes a mes no sé cómo hacen para conseguir sus alimentos y eso, y que ya no pueden mandar a sus hijos a la escuela pública, o los mandan a la escuela, pero fuera de la escuela lo tienen que ayudar justamente a ver cómo hacen para subsistir día a día. (Andrés, profesional asalariado con personal a cargo)

Los entrevistados reconocen a estos sectores como excluidos del sistema y como aquellos que buscan subsistir/sobrevivir día a día, lo que también queda explicitado en palabras de Walter: “(…) Después tenemos clases bajas, clases ultra bajas y gente que no sé cómo carajo está viviendo porque la verdad tiene una habilidad terrible para sobrevivir porque no… están completamente fuera de todo tipo de sistema” (Walter, profesional asalariado con personal a cargo).

Estas representaciones se basan en lo que los entrevistados observan en su vida cotidiana, no por cercanía, sino por lo que ven en la calle, tal como lo expresa Fabiana, quien al preguntarle si cree que en Argentina hay distintas clases sociales, responde:

Sí, obvio, yo estoy en el Paseo Alcorta, ¿no?, y vivo por acá cerca. Y hay gente como la que te dije, la que vi anoche. Yo venía manejando el auto, hablaba con mi mamá, digo ‘mamá, no es solo ahora que esta pobre gente está revolviendo la basura’, y una mujer con el carro que vos decís llega a su casa demolida, porque el esfuerzo debe ser enorme para el cuerpo, ¿pero a dónde llega?, ¿a qué hogar llega?, ¿me entendés?, ¿en qué condiciones?, o sea, con frío, con calor, con humedad, seguro que no es un lugar agradable al que llega, después de haberse matado todo el día juntando cartones. (Fabiana)

De este modo, se observa que los entrevistados construyen representaciones en torno a los sectores excluidos, tratan de imaginar el modo en el que viven. La mirada sobre los excluidos se basa en la experiencia a través de lo que ven y de la forma en la que observan lo cotidiano desde su determinada posición. Es decir, en la experiencia de Fabiana se puede observar una lejanía con los sectores excluidos al imaginar cómo es la vida de una mujer que junta cartones en la calle. Así es como ella percibe las desigualdades que nos atraviesan a partir de su propia experiencia, la cual le permite percibir determinadas situaciones que le resultan desconocidas, por lo que intenta pensar el modo en que viven otros.

Este mismo “imaginar cómo es” demuestra la diferencia en las experiencias vividas en lo cotidiano, lo que se corresponde con las diferentes posiciones estructurales que ocupan. Su experiencia se encuentra ligada a su posición en la estructura de clases y es a partir de esa experiencia que emerge su manera de interpretar el mundo que la rodea.

3. Palabras finales

El objetivo del artículo fue conocer las representaciones sociales de profesionales asalariados y gerentes del AMBA, lo que permitió un acercamiento a la concepción de la sociedad actual argentina en términos de clases sociales. Los entrevistados ocupan posiciones contradictorias de clase, las cuales, por definición, comparten intereses con el proletariado y la burguesía. Asimismo, estas posiciones medias de la estructura de clases se caracterizan en la vida cotidiana por no ocupar las posiciones extremas de riqueza y pobreza.

El tema en estudio emerge del análisis de la autopercepción de clase de los entrevistados de la población en estudio. Ellos consideran que pertenecen a la clase media, algo que se transformó en un punto de partida que habilitó la indagación en las implicancias del uso de este término en la concepción de la sociedad actual. De esta manera, el análisis permitió hallar un nexo entre la noción clase media con una concepción mayor de la sociedad actual, de la cual son destacadas las representaciones sobre la estructura de clases y sobre la desigualdad social, específicamente dan cuenta de la existencia de personas que ocupan los extremos polares de riqueza y pobreza.

Del análisis de las entrevistas se obtuvo como resultado que, al hablar de clases sociales, los entrevistados permiten conocer sus concepciones de la sociedad. Así, autopercibirse de clase media implica estar en el medio. Esto da cuenta de una concepción acerca de que en la sociedad existe una división de clases que conforman un esquema gradualista/vertical, en tanto consideran que las clases sociales son la alta, la media y la baja. Además, este esquema vertical tiene forma piramidal, donde desde abajo hacia arriba disminuye la cantidad de población.

Asimismo, en el esquema se pudo observar cómo está conformado por clases segmentadas. Además, en las clases centrales nombradas por ellos –alta, media y baja–, se encuentran segmentos intermedios; esto significa que no hay simplemente una división categórica entre ellas tres, sino que existen matices, o segmentos ordenados gradualmente dentro de las clases, lo cual es figurado como un abanico de clases.

Por otro lado, surge la noción de que, dentro de un proceso de fragmentación de la clase media, hay un movimiento descendente de fragmentos de ella. Esto es entendido como una clase media que, aunque quiera no llega y que no pudo sostenerse como clase media y se cayó en los escalones.

Es importante la extensión y el detalle en la descripción de los segmentos de clase media por parte de los entrevistados. Esto quizás pueda ser relacionado con sus posiciones medias, tanto objetiva como subjetivamente, lo que permite mayor observación debido a la cercanía.

Tal vez debido a ello también, se ha llegado a considerar que la separación de la clase media es la que origina la separación de toda la sociedad. Así, la pirámide, que antes estaba concentrada en el medio, se está abriendo en polos. Es decir, actualmente se encuentran fuertes separaciones materializadas en barrios cerrados, y esto genera que la sociedad se esté separando.

Otro tema central surgido del diálogo con los entrevistados da cuenta de un rasgo intrínseco de la sociedad actual: la desigualdad social. La desigualdad observada por los entrevistados de posiciones medias emerge de la misma estructura de clases. Tal como se planteó, hay una representación acerca de una segmentación entre las clases y gradación de matices entre ellas, lo que implica la desigualdad mencionada. En el marco de dicha segmentación surge de manera recurrente en palabras de los entrevistados, la polarización entre los extremos de riqueza y pobreza. Incluso se nombra la existencia de personas que se encuentran por arriba de la clase alta y por debajo de la baja.

En cuanto a la clase alta, se hace una distinción entre la clase alta y la “más alta que la alta”, o el “1 % muy rico, muy muy rico”. Esto coincide con las críticas que se realizan al parámetro correspondiente a la medición de la desigualdad social a través del porcentaje de ingresos de cada uno de los deciles en que se divide la población, ya que el decil más rico reúne población con ingresos muy disímiles.

De esta crítica es que emerge el concepto del 1 % más rico, lo que remarca que existe un pequeño porcentaje que obtiene grandes ganancias. Sobre esto, Benza y Heredia (2019) plantean que aquellos que se ubican en ese 1 % detentan patrimonios singulares y su posición depende de las ganancias de grandes empresas, a diferencia del resto. Asimismo, dan cuenta de que este concepto se ha popularizado tanto en análisis académicos como en ciertos reclamos distributivos.

Más allá de esta importante distinción, en las entrevistas se habla de los más ricos y de los más pobres en términos generales. De este modo, los entrevistados nombran estos segmentos extremos y los caracterizan. Antes de destacar cómo estos son interpretados, se debe remarcar que las posiciones medias manifiestan que desconocen aspectos esenciales de sus existencias.

Se observa que las representaciones sobre los sectores considerados más pobres y más ricos muestran un desconocimiento acerca de la realidad que viven o acerca de cómo hacen para vivir, algo que manifiestan explícitamente. Esto da cuenta de la lejanía objetiva con estas posiciones.

Por otro lado, a través de lo que ven los entrevistados sobre las clases consideradas por ellos alta y baja, se puede observar el contraste que existe entre ellas. Así, teniendo presente lo planteado sobre la minoría que acumula la mayor parte de la riqueza, emerge de las citas la lejanía percibida por los entrevistados con estos sectores, en tanto no saben cómo obtienen dinero ni para qué lo destinan. En este marco se emite cierta sospecha al destacar que no trabajan. Además, son representados como ajenos al contexto económico, ya que las crisis no los afectan; lo cual se debe a que tienen sus inversiones en otro lado y “se llevan la plata afuera”.

Este comportamiento es el que sustenta la representación de que son diferentes al resto de la sociedad. Plantean que los más ricos tienen una cantidad desmedida de dinero, muy superior a la que necesitan para vivir ellos, sus hijos y nietos; algo que da una idea de exceso injustificado. Asimismo, esta representación es constituida también por elementos de carácter moral, en tanto los entrevistados expresan su disgusto ante esta acumulación de riqueza –por ser desmedida– y destacan de aquellos que la poseen su desconexión con la realidad, su ambición y el ser malas personas.

Por el otro lado, se encuentran los más pobres, quienes son asociados a la supervivencia y la subsistencia. Los entrevistados plantean su desconocimiento acerca de cómo pueden vivir y, en este sentido, consideran que poseen una habilidad extraordinaria para sobrevivir debido a que están excluidos de todo tipo de sistema.

En base a lo referido por los entrevistados respecto a los excesos de unos y las carencias de otros, se puede observar que sigue en pie el mecanismo de intolerancia a la exclusión y de rechazo a desigualdades extremas resaltado por Grimson (2015). Sin embargo, el autor, al analizar las percepciones de personas que en su mayoría se consideran a sí mismas de clase media, plantea que, ante una eventual redistribución, esperan que tienda a atenuar la exclusión y diferencias salariales al interior de los sectores medios, sin afectar de manera drástica la brecha entre estos y los segmentos más altos. A diferencia de ello, de las entrevistas realizadas en la presente investigación, emerge el rechazo a las desigualdades extremas dentro del que las representaciones negativas sobre los más ricos son muy importantes.

El presente artículo estuvo orientado a conocer cómo es concebida la sociedad de clases argentina por personas de posiciones medias asalariadas del AMBA. A través del punto de vista y las palabras de los entrevistados, se pudo lograr un acercamiento a ello mediante las representaciones sobre la estructura de clases y sobre la desigualdad social que la atraviesa.

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Notas

1 La investigación fue desarrollada para la tesis Orientaciones político-ideológicas e identidad de clase: quiénes son y cómo piensan de sí mismos gerentes y profesionales del Área Metropolitana de Buenos Aires, de la Maestría de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. La investigación se llevó adelante en el marco de una Beca de Maestría UBACyT.
2 Si bien hay profesionales que se dedican a trabajar de manera independiente, para el estudio solo se seleccionaron aquellos que son asalariados, por ser esta la condición propia de la contradicción de estos profesionales: entre las ventajas que conllevan sus calificaciones y la condición subordinada que implica toda relación de dependencia.
3 Estas son dos subdimensiones propias de las dimensiones en estudio mencionadas.
4 El análisis que permite alcanzar los resultados acerca de qué significa ser de clase media se desarrolla profundamente y puede ser consultado en la tesis Orientaciones político-ideológicas e identidad de clase: quiénes son y cómo piensan de sí mismos gerentes y profesionales del Área Metropolitana de Buenos Aires (FSOC-UBA).
5 Las rayas entrecortadas expresan que las clases comprendidas por los entrevistados se encuentran segmentadas. No se pretende reflejar segmentos en particular, ya que los entrevistados nombran diferentes cantidades de segmentos; por ejemplo: clase media y media baja (dos segmentos) y clase media alta, clase media y clase media baja (tres segmentos).


Recepción: 01 mayo 2024

Aprobación: 01 agosto 2024

Publicación: 01 febrero 2025



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