CIENCIA, UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD
Las relaciones entre la(s) ciencia(s) y la(s) sociedad(es) ha sido uno de los ejes de análisis centrales dentro del campo de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología. La incorporación de la institución universitaria al debate sobre el tema, si bien más tardía, hoy en día es insoslayable en particular en el contexto latinoamericano en el cual la ciencia se desenvuelve centralmente en dicho espacio institucional.
En este dossier nos proponemos acercar a la comunidad sociológica una serie de contribuciones sobre las múltiples relaciones entre ciencia, universidad y sociedad. La sociología del siglo XX es una de las disciplinas que más ha contribuido a la constitución del moderno campo de estudios sociales de la ciencia, y lo ha hecho mediante la formulación de algunas de las tesis más provocativas y fecundas sobre la conformación social del conocimiento científico, sobre las bases sociales de la organización institucional de la investigación moderna y sobre el carácter controversial y siempre discutible de la hegemonía del conocimiento experto sobre el desarrollo de la sociedad.
En este itinerario, los temas y problemas sometidos al análisis académico y la crítica política han sido variados y resultaría una tarea ardua poder seleccionar cuáles han sido más significativos para el avance del campo, particularmente cuando nos referimos a la particularidad del campo en el ámbito latinoamericano. Pero no nos equivocaremos si señalamos que la universidad, como institución del saber, como espacio social de la producción de conocimiento y como campo agonístico de la lucha por la transformación de la sociedad ha sido una referencia ineludible.
Se podría señalar que la universidad, particularmente la universidad pública, ha sido un actor de relevancia excluyente en el desarrollo científico latinoamericano. Y aún hoy es uno de los sectores institucionales que concentra la mayor cantidad de recursos humanos dedicados a la investigación y desarrollo dentro de los complejos de ciencia y tecnología nacionales. Aun así, considerando significativa la imagen de la universidad como “hogar de la ciencia” la relación entre ciencia y universidad, al considerar a la ciencia en su dimensión “productiva” como producto de la investigación, no es lineal, ni necesaria, ni transparente. Existe una alta heterogeneidad en las instituciones universitarias al interior de un país y entre países de la región, que muestra muy diversas capacidades científicas, modalidades de inserción social y formas de dar cumplimiento a sus misiones institucionales. Se puede afirmar esto sin hacer el más mínimo juicio acerca de la “calidad”. Así, como la intersección entre ciencia y sociedad es un nudo gordiano que la sociología nos ayuda a abordar, deconstruir y comprender, de manera similar es necesario realizar una lectura sociológica profunda de la trama densa de interrelaciones entre universidad y sociedad.
Este planteo tiene otra derivación relevante para el contenido de este dossier. La relación entre el conocimiento científico y su uso social conforma un núcleo significativo de teorización en el campo de estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad. La comprensión de la utilidad del conocimiento científico como una construcción social traslada la atención a las fases tempranas de definición de las agendas y el desarrollo de las investigaciones. En este horizonte temporal de la investigación, el acercamiento de actores académicos a los “potenciales” usuarios en prácticas científicas es conceptualizado según Jassanoff como co-producción, esto es, un modo de hibridación de saberes, valores e intereses que se asocian para lograr una consecución más acabada de los objetivos que se propone alcanzar la producción de conocimientos.
La universidad es un territorio particularmente valioso para los procesos de co-producción. Pese a que la investigación “no orientada” a fines prácticos, es parte del acervo cultural de la universidad como institución del saber -si bien con marcados matices según las disciplinas- también es propio de la universidad la coexistencia de objetivos de formación, investigación y extensión, como misiones institucionales y como actividades efectivas de docentes y estudiantes. El ‘extensionismo’ universitario, es una actividad que implica prácticas de vinculación de actores universitarios con el entorno social y económico, aunque no necesariamente vinculaciones mediadas por la producción de nuevos conocimientos científicos. ¿Está preparada la universidad latinoamericana para enfrentar los nuevos desafíos que implica una mayor intersección entre la ciencia que produce y su extensión al medio social y político? ¿Puede pensarse esta intersección como dos instancias diferenciadas que se instituyan en cuanto tales separadamente?
Existen crecientes demandas de las agencias financiadoras, particularmente en países con altos niveles de desigualdad social, hacia el sistema público de investigación -y dentro del mismo a las universidades- para incrementar la orientación de los temas de trabajo hacia la agenda pública del desarrollo social y humano, e intensificar las prácticas de vinculación hacia actores externos al sistema, particularmente aquellos involucrados en el mejoramiento de la calidad de vida y en la gestión de intervenciones tendientes a atender el problema de la exclusión social. En Argentina, estas demandas se vienen haciendo presentes en diversas convocatorias a financiamiento de proyectos de investigación que incorporan componentes prioritarios para la investigación aplicada, con orientación “social” y modos de gestión participativa con actores usuarios no científicos.
Nos encontramos así con una tríada, ciencia, universidad y sociedad, de fuertes vinculaciones que esperamos se hagan evidentes a lo largo de la lectura de los trabajos compilados para la Revista Cuestiones.
El presente dossier cuenta con las contribuciones de reconocidos investigadores latinoamericanos en el campo de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología a quienes queremos agradecer profundamente su desinteresada y generosa participación. Como podrán experimentar a través de su lectura, todos los aportes permiten complejizar el análisis de las variadas aristas de los temas planteados. El trabajo de Rodrigo Arocena y Judith Sutz pone la mirada sobre un tema introducido en las agendas de las políticas científicas y tecnológicas regionales en el siglo XXI, como lo es la orientación de dichas políticas del conocimiento hacia el desarrollo inclusivo. También este tema es retomado en el trabajo de Rosalba Casas que a su vez introduce la noción de redes de conocimiento como enfoque analítico relevante para sumergirse en las relaciones entre ciencia, universidad y sociedad. Por su parte, el trabajo de Leonardo Vaccarezza indaga en las diferentes conceptualizaciones de la noción de extensión universitaria, tema que luego en forma de debate es retomado por el texto que nos aporta Renato Dagnino y es comentado por Carlos Pérez Rasetti y Roque Pedace. La entrevista a Hebe Vessuri, a quien agradecemos especialmente el tiempo y calidez dedicados a la conversación, permite un recorrido por su trayectoria académica que introduce la aparición y evolución de muchos de los temas debatidos por los autores señalados a partir de uno de los recorridos de investigación fundadores del campo.
Las notas de investigación de Javier Ávila y María Elina Estébanez, Fernando Correa y Mariana Versino y Mariana Di Bello se abocan al estudio de un tipo particular de investigación y de emprendimientos universitarios. Se trata de distintos proyectos que se proponen obtener resultados aplicables a la resolución de problemas ‘urgentes’ del entorno social y que, en este sentido, pueden incluir una alta expectativa por parte de los agentes intervinientes en el uso de sus resultados. Por otra parte, los trabajos de José Buschini y Oscar Vallejos introducen el análisis histórico de la constitución de dos campos disciplinares, el de la nutrición y la lingüística, mostrando la interrelación entre lo social y lo disciplinar en los momentos de su formación y constitución como tales. Y por último, las reseñas de Magalí Turkenich y Lucrecia Zappa aportan dos lecturas más que interesantes para el campo. Para finalizar, no queremos terminar esta presentación sin agradecer especialmente la colaboración de José Buschini y Mariana Di Bello, como integrantes del equipo platense que ha dado lugar a la producción de este dossier, en la definición de muchos temas de edición y la discusión de los mismos.
¡Buena lectura!
María Elina Estébanez y Mariana Versino
La Plata, 4 de Mayo de 2015.
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