Dosier: Nuevos gobiernos en América Latina:
entre el populismo, el progresismo y lo nacional popular
Populismos del siglo XXI, ¿nueva fase luego del giro nacional-popular de principios de siglo?
Resumen: El texto introduce el dosier a partir de situar el debate en torno al estatus de la categoría de populismo para pensar los vigentes procesos políticos en la región latinoamericana. Propone distintos usos críticos de la teoría del populismo a la que se adicionan nociones clave de la teoría/ciencia política –como Estado, hegemonía, lo nacional-popular, derechas radicales–, para interrogar el fenómeno político actual enmarcado en una nueva ola de gobiernos progresistas en América Latina, luego de la primera suscitada a inicios del siglo XXI. El texto sostiene que la teoría del populismodesplegada en tres dimensiones puede operar como un recurso para comprender el devenir de estos gobiernos: como proceso histórico, como productor de sujetos e identidades y como tipo de gobierno que gestiona el orden social. A partir de esta conceptualización, el dosier aborda el nuevo giro nacional-popular, distinguiendo dos bloques de países: el primero compuesto por aquellos como Colombia y México que no formaron parte de la llamada "marea rosa", y el segundo, formado por aquellos caracterizados por un “retorno populista”, como Argentina, Bolivia y Brasil, que presentan marcadas diferencias respecto de las experiencias de principio de siglo.
Palabras clave: Populismo, Giro nacional-popular, Ola progresista, América Latina.
21st century Populisms, a new phase after the national popular turn at the beginning of the century?
Abstract: The aim of this dossier´s introduction is to situate the debate on the status of the category of populism to think about current political processes in Latin America. It proposes different critical uses of the theory of populism to which key notions of political theory and political science –such as State, hegemony, national-popular, radical right-wing‒ are added, in order to interrogate the ongoing political phenomenon framed in a new wave of progressive governments in Latin America, after the first one that emerged at the beginning of the 21st century. The text argues that the theory of populism deployed in three dimensions can operate as a resource to understand the evolution of these governments: as a historical process, as a producer of subjects and identities, and as a type of government that manages the social order. Based on this conceptualization, the dossier addresses the new national-popularturn, distinguishing two blocks of countries: the first, composed of those such as Colombia and Mexico that were not part of the so-called "pink tide", and the second, formed by those characterized by a "populist return", such as Argentina, Bolivia and Brazil, which present marked differences with respect to the experiences of the beginning of the century.
Keywords: Populism, National-popular turn, Progressive wave, Latin America.
Si el punto de partida es el interés por construir proyectos sociales viables,
nos obligamos a abordar críticamente la realidad
y las teorizaciones que se formulen sobre ella.—
(Zemelman,1989, p.70)
El término populismo ha sido objeto de intensos debates en el campo de las ciencias sociales en las últimas décadas, y también ha generado una gran cantidad de malentendidos. Las controversias sobre su estatus teórico y las diferencias entre perspectivas y paradigmas se han visto agravadas por el hecho de que el término tiene una carga peyorativa en el lenguaje político "natural" que se utiliza en el debate público y mediático. Sin embargo, no es la polisemia o la circulación pública de la palabra lo que nos preocupa, ya que esto ocurre también con otros términos de las ciencias sociales, como democracia o república. Lo que nos inquieta –en todo caso– es la necesidad de establecer el estatus de la categoría de populismo como herramienta analítica o, al menos, de clarificar los escenarios teóricos en los que el término se convierte en algo más que un adjetivo descalificativo.
Es por ello que nos preguntamos: ¿sigue siendo útil la categoría de populismo para el análisis político en América Latina? ¿O es preferible abandonar un concepto que, por haber sido estirado, invocado e impugnado, ha perdido su utilidad y genera más confusiones que productividades analíticas? Este dosier pone en juego (y en tensión) la categoría de populismo y propone diversos usos críticos de la teoría (Zemelman, 1989) en los que el populismo se articula con otras nociones para producir andamiajes conceptuales capaces de servir para el análisis político. En efecto, no se trata de "aplicar" un concepto, sino del ejercicio de la práctica teórica, que exige la articulación de esta categoría con otras, como lo nacional-popular, el Estado, los sujetos políticos y la hegemonía. Además, más allá del aspecto nominal, que puede ser objeto de discusión, los trabajos presentados aquí se interrogan por los procesos políticos actuales enmarcados en una nueva ola de gobiernos progresistas, de centro-izquierda o "populistas". Es decir, el populismo como concepto y el populismo como proceso histórico generan un espacio de convergencia de los artículos presentados en este número de Cuestiones de Sociología.
En efecto, “populismos del siglo XXI” es una denominación frecuente para referirse a procesos políticos en el marco del “giro a la izquierda” (o pinktide, como se la conoció en el mundo anglosajón) que se consolidó en la primera década de este siglo. En particular, las experiencias políticas lideradas por Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa fueron enmarcadas bajo esta categoría (“populismos radicales”, “populismos de la tercera ola”), pero también la noción de populismo se utilizó para referirse a los casos de Uruguay con los gobiernos del Frente Amplio, Brasil durante el lulismo y Paraguay con la presidencia de Fernando Lugo.
Durante más de una década en que gobernaron los populismos (2000-2015), la región atravesó una inédita estabilidad política por parte de partidos o coaliciones políticas ubicados en un espectro ideológico de centro izquierda o izquierda. Estos habían asumido los gobiernos con un robusto apoyo electoral, y con una propensión a reconstruir la institucionalidad estatal pulverizada durante el ciclo neoliberal noventista de cara a volver a incluir social y políticamente a las mayorías. Fueron estos gobiernos los que, por medio de diversas vías de cambio (refundación política, reemplazos o reformas constitucionales como en Bolivia, Venezuela y Ecuador, articulaciones sociopolíticas e interclasistas como en Argentina, Uruguay y Brasil), reedificaron la institucionalidad política y construyeron nuevas instituciones, varias de ellas novedosas, como las instituciones de participación ciudadana (Ramírez Gallegos y Welp, 2011). Asimismo, reformaron y reforzaron arreglos laborales como los históricos consejos de salarios (Stoessel, 2019) o los programas sociales como las políticas de transferencia condicionada (Cadahia, Coronel, Guanche y Stoessel, 2019). También procuraron desacoplar la economía de los intereses del capital transnacional y de los intereses especulativos de la banca privada, por medio de reformas de los organismos regulatorios y la recuperación de los Bancos Centrales (Coronel, Stoessel, Guanche y Cadahia, 2020), así como promover procesos de desarrollo de la economía popular y solidaria (Castelao Caruana y Srnec, 2013) y la expansión de regímenes de protección social. Todo esto, de cara a reactivar la economía y descapturarla de los grupos económicos e intereses comprometidos con el neoliberalismo. Asimismo, estos proyectos populistas procuraron afianzar la soberanía nacional, restituir el lazo de representación política con los sectores históricamente marginados y subalternizados (trabajadores, pobres urbanos, campesinos, migrantes, mujeres, disidencias sexuales) y generar incorporaciones políticas de amplios sectores.
Hacia el 2015, ya se visualizaba cierto agotamiento del ciclo progresista, en lo económico y en lo político. Por un lado, la dinámica de mejora distributiva encontró una meseta en su tendencia igualitaria, por otro, una serie de dilemas (formas organizativas, liderazgos, desgastes) hicieron mella en la capacidad de representación de los proyectos vigentes. El neoliberalismo regresó con fuerza a la región de la mano de diferentes derechas, algunas radicalizadas y con fisonomías de rasgos novedosos en un marco de tradiciones persistentes que articulan conservadurismo y liberalismo económico. En efecto, se hizo evidente el cambio en la orientación ideológica de los gobiernos de la mayoría de estos países. El triunfo de Mauricio Macri en 2015 en Argentina, de Sebastián Piñera en Chile y luego de Jair Bolsonaro en Brasil, la derrota del Frente Amplio en Uruguay, el devenir de Lenin Moreno en Ecuador, y finalmente el golpe de Estado cívico-policial en Bolivia, parecían marcar un nuevo rumbo en la región, que se colocaba en las antípodas de los modelos de desarrollo, regímenes políticos y tipos de relaciones socio-estatales presenciados durante el giro populista. Este nuevo ciclo fue nombrado como “fin de ciclo histórico” (Svampa, 2017), “repliegue progresista temporal” (García Linera, 2017) o detenimiento del “péndulo hacia la izquierda de la política latinoamericana” (Torrico, 2017).
Sin embargo, esta tendencia se revirtió parcialmente con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México, Alberto Fernández en Argentina, Pedro Castillo en Perú, Luis Arce Catacora en Bolivia, y más recientemente Xiomara Castro en Honduras, Gustavo Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile y Lula en Brasil. Más allá de las particularidades nacionales, pueden vislumbrarse dos tipos de casos. Por un lado, aquellos procesos políticos de raigambre “nacional-populares” que llegaron al poder por primera vez en este siglo: México y Colombia. Por otro, los casos en los que, luego del breve pero intenso interregno de la derecha-en-el-gobierno, se registra la vuelta al poder de fuerzas políticas que fueron protagonistas de la tercera ola (Bolivia, Argentina, Chile, Honduras y Brasil).
La teoría del populismo –más allá de las querellas exógenas sobre su valor heurístico y de la connotación descalificadora que habita en el debate político y mediático– ha sido un recurso para comprender el devenir de estos gobiernos y una herramienta para el estudio de diferentes dimensiones del fenómeno político. En primer lugar, para analizar el proceso histórico, la teoría del populismo ha requerido un diálogo con las condiciones socioeconómicas estructurales locales, regionales y globales. Sin embargo, esta necesidad conceptual de inclusión de dimensiones sociales y económicas no siempre ha sido resuelta de manera productiva por la teoría del populismo que, si bien reconoce la importancia de las fuerzas materiales, las relega en el esquema analítico.
En segundo lugar, el populismo se ha invocado de manera productiva para indagar en el proceso político en lo que refiere a la producción de sujetos y subjetividades políticas (identidades, discursos, proyectos políticos, etc.). Para esto, se requieren otras inclusiones (e incursiones) teóricas. Finalmente, el concepto ha aparecido para el análisis de las formas de gobierno de estos populismos "realmente existentes" que se tensionan entre configuraciones plebeyas y la necesidad de gestionar el orden social en periferias capitalistas y Estados que revisten una relativa (y, por momentos, escasa) autonomía para enfrentar actores de poder, locales y globales. Estas tres dimensiones de los populismos (como proceso histórico, como productor de sujetos e identidades y como gobierno que gestiona el orden social) son aspectos que exigen atención a la coyuntura, a la historicidad y a las posibilidades de futuros de los países de la región, así como desarrollos teóricos y metodológicos acordes a la complejidad de nuestro tiempo.
Los trabajos incluidos en este dosier buscan comprender el momento actual en América Latina, donde colectivos políticos y gobiernos están reinventando (aunque con tensiones y matices) las matrices de lo nacional-popular del siglo XXI para abordar problemáticas que previamente fueron invisibilizadas o descuidadas, como la plurinacionalidad, la cuestión de género y los feminismos, la ecología y la raza, y el extractivismo, entre otros temas. Esto ha generado debates sobre el estatus de los sujetos, sus identidades, el Estado, las políticas económicas, sociales y culturales, la integración regional, la democracia y las formas de gobierno. Todo esto ocurre en un contexto de inestabilidad sistémica, caracterizado por una crisis económica global, la pandemia del COVID-19 y sus efectos duraderos, la guerra entre Rusia y Ucrania, y un realineamiento geopolítico que desafía la hegemonía mundial.
Teniendo en cuenta estas tres dimensiones, este dosier busca responder a los siguientes interrogantes:
¿Cómo se conectan las vigentes experiencias nacional-populares en América Latinacon los populismos del siglo XX y los radicales de la primera ola del siglo XXI? Se busca explorar qué aspectos de la matriz nacional-popular latinoamericana se recuperan en estos procesos históricos y qué conquistas evocan de las experiencias populistas anteriores. Asimismo, se plantea la pregunta sobre cómo dialogan estas "nuevas" experiencias progresistas con las transformaciones económicas a nivel global y la reciente pandemia, considerando que la región ya no cuenta con el escenario favorable del llamado "boom de los commodities".
En la segunda dimensión, se exploran los rasgos que asumen los proyectos políticos liderados por los gobiernos nacional-populares en esta fase. En este contexto, se plantea la cuestión de si estos proyectos encuentran un terreno propicio para la construcción de subjetividades políticas que puedan sintonizar con las nuevas demandas sociales (feminismo, ecologismo, plurinacionalidad) y disputar las subjetividades neoliberales. Además, se pregunta qué tipo de discursos políticos construyen estos nuevos gobiernos volcados hacia lo nacional-popular y qué lugar tiene en ellos la "lógica populista" característica del giro populista de principios de siglo.
Por último, se plantean interrogantes sobre el proceso político, como, por ejemplo, en los casos que ya habían atravesado un momento populista, qué alianzas y coaliciones políticas han posibilitado su retorno. También se cuestiona qué tipo de liderazgos asumen ahora los procesos y qué condiciones estructurales y correlaciones de fuerza enfrentan de cara a resituar modelos de desarrollo endógenos, desacoplados de los intereses de los sectores dominantes concentrados. En este sentido, se explora qué tipo de relaciones socio-estatales y formas de participación política promueven estos procesos.
Estos son algunas de los interrogantes que el dosier pretende plantear a partir de presentar análisis que abordan la coyuntura a partir de situarla en los procesos históricos de largo plazo. En este sentido, se busca indagar si estamos ante un nuevo ciclo populista y, de ser así, cuáles son las potencialidades, tensiones y límites que enfrentan las actuales experiencias políticas progresistas. Es importante tener en cuenta que este análisis no puede obviar el avance de las derechas y su radicalización en la región, que adoptan posturas antipopulistas, antiizquierdistas y anticomunistas. Este fenómeno, además de representar un desafío político para los gobiernos populistas, puede ser considerado como un síntoma que invite a reflexionar sobre la eficacia de estas experiencias en los planos económico, social, cultural y geopolítico, así como en la construcción de subjetividades emancipadoras que se configuren e interpelen en clave nacional-popular.
Los textos que conforman la primera sección del dosier abordan algunas de estas dimensiones e iluminan posibles respuestas a estas preguntas. Dentro del primer bloque de países que se caracterizan por un “retorno populista” con marcadas diferencias a las experiencias de principio de siglo, los textos de María Antonia Muñoz sobre el caso argentino, el artículo de María Virginia Quiroga y María Florencia Pagliarone en torno a la experiencia boliviana y el texto de Gabriel Merino y Amanda Barrenengoa que indaga sobre la reemergencia del lulismo en Brasil, aportan al debate acerca de las vicisitudes de la nueva ola progresista en la región, y muestran distintas aristas de las nuevas formas de tramitación de lo nacional-popular.
Antonia Muñoz aborda el caso argentino como uno de los casos que se inscriben en el “retorno populista”, pero en un escenario político nacional muy diferente a aquel de principios de siglo cuando emergió el kirchnerismo (avance de la derecha, contexto internacional adverso y fractura interna del movimiento nacional). El texto de Muñoz analiza lo “nacional-popular” en el contexto argentino a partir de estudiar la conformación de diversas identidades políticas (el espacio kirchnerista, el movimiento de trabajadores de la economía popular y el movimiento feminista) sobre la base de la tramitación de modo conflictivo la tensión entre lo particular y lo universal, entre la diferencia y la equivalencia. Concluye que, en Argentina, durante 2019-2022, se constituyen sujetos políticos –diversos pueblos, sostiene la autora– por medio de lógicas populares, sin lograr ninguno universalizar el espacio nacional.
Quiroga y Pagliarone, por su parte, recuperan el debate histórico sobre la centralidad de los liderazgos políticos para pensar el fenómeno de los populismos realmente existentes, especialmente en el caso de Bolivia. A partir de la comparación entre el liderazgo de Evo Morales y el actual presidente Luis Arce Catacora, el texto echa luces sobre el proceso político boliviano, específicamente sobre las tensiones al interior del movimiento político –el MAS– que conduce actualmente el Estado, tensiones que residen, básicamente, en las formas de liderazgo y conducción política: por un lado, la figura de Morales que jalona hacia un discurso e intervención política más radical y refundacional, y por otro, Arce como figura presidencial que se sostiene sobre un discurso moderado, donde la referencia al pueblo aparece de forma marginal.
El texto de Merino y Barrenengoa tiene como objetivo comprender el fenómeno del lulismo en Brasil, caracterizándolo como una forma política del giro hacia la izquierda, progresista y nacional popular. Desde una perspectiva procesual que entiende lo nacional popular como un ciclo político, se analiza cómo la crisis orgánica que afectó al país en el año 2017 creó las condiciones para la emergencia del bolsonarismo, el cual interrumpió la experiencia lulista. Según los autores, el bolsonarismo abrazó un neoliberalismo periférico y una ideología ultraconservadora con tintes fascistas para combatir al supuesto "comunismo". No obstante, este breve interregno de la derecha en el poder produjo una consecuencia no deseada para el bloque conservador: el retorno del lulismo, aunque en un contexto diferente, el cual es atisbado por los autores dado su carácter de abierto y dándose.
Dentro del segundo bloque de países se encuentran México y Colombia, que no formaron parte de la llamada primera ola progresista o "marea rosa". En cambio, experimentaron la llegada al poder político de partidos y líderes de izquierda, con un fuerte anclaje en lo nacional-popular, recién en la segunda ola progresista o populista. Los artículos de Noé Hernández Cortéz y Ana Lucía Magrini abordan, respectivamente, la experiencia mexicana con el ascenso al poder presidencial de MORENA, partido liderado por Andrés Manuel López Obrador, y la victoria electoral del Pacto Histórico, comandado por Gustavo Petro y Francia Márquez.
En el caso mexicano, Hernández Cortéz analiza el proceso conocido como la "Cuarta Transformación" desde el concepto de "Estado de compromiso nacional-popular" de Juan Carlos Portantiero. Lo hace a partir de indagar en una política estatal específica, de carácter universal, el Programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que ha sido el resultado de la incorporación estatal de una demanda popular. El artículo sitúa este análisis en el debate teórico más amplio en torno a la relación del populismo con las instituciones, en una clara crítica a la perspectiva liberal que cuestiona la vocación democrática e institucional de los gobiernos o regímenes populistas.
Respecto al caso colombiano, Magrini aborda las tres dimensiones del populismo –dimensión histórica, lógica de construcción de identidades y proceso gubernamental– a partir de analizar cómo se produjo la llegada de Petro a la presidencia, cuáles fueron y son los adversarios que debe afrontar este proyecto político, así como las políticas y decisiones gubernamentales que se adoptaron en el breve período que el Pacto Histórico lleva conduciendo la política. Este análisis incorpora además una dimensión histórica, como es el gaitanismo como sustrato de la discursividad política del actual presidente. Este lugar de la historicidad es clave para pensar las condiciones de posibilidad de los movimientos políticos en el poder tanto en Colombia como en México. La articulación entre dimensiones estructurales, ya sea económicas o culturales, y lo coyuntural, que va desde los desafíos de la gestión pública hasta las vicisitudes geopolíticas, pone en el centro el desafío analítico de generar estrategias metodológicas para el estudio de procesos orgánicos y moleculares.
En la segunda sección del dosier se incluyen dos reflexiones. El texto de Franklin Ramírez Gallegos analiza los actuales proyectos en disputa en la región en el marco de la discusión en torno a los giros o ciclos políticos. El autor cuestiona la idea de los giros, por considerarla reduccionista, y propone rastrear una serie de pistas que diferencian al contexto actual de aquel de principios de siglo. Entre estas pistas se encuentran el escaso apego a la democracia de las elites políticas neogolpistas, el auge de referentes y movimientos de extrema derecha, o una derecha radicalizada, y la fragmentación del campo popular. Estas pistas ayudan a comprender el cambio político, los proyectos políticos en clave gramsciana y la naturaleza de la actual contienda política.
Por su parte, la reflexión de Marcelo Starcenbaum se dirige a reconstruir el itinerario conceptual de la noción nacional-popular en la intelectualidad latinoamericana. Identifica dos momentos: el primero, situado en los años sesenta, de la mano de la nueva izquierda latinoamericana. El segundo, en el contexto del desarrollo del capitalismo global y las transiciones democráticas de los años 80 y 90, en que los estudios subalternos recepcionan la noción de forma crítica, con tensiones y ambigüedades en su interior, derivando en dos bifurcaciones en el siglo XXI: el post-subalternismo y el post-hegemonismo.
La tercera sección del dosier presenta las reseñas de tres obras que abordan el populismo desde distintos enfoques: como proyecto, estrategia o identidad. La reseña de Olga Bracco del último libro de Ernesto Semán permite comprender las tensiones de los populismos “realmente existentes” a partir de su contracara, el llamado anti-populismo, que el historiador rastrea históricamente en el caso de Argentina. La reseña de Camilo Páez del libro de Cas Mudde y Cristóbal Rovira introduce el debate en torno al populismo desde una perspectiva que privilegia la indagación práctica de diversas experiencias políticas concretas en detrimento de una dimensión ontológica. Por último, la reseña a cargo de Julieta Maiarú presenta la obra de Paula Biglieri y Luciana Cadahia y despliega las categorías y tesis principales de los siete ensayos que la componen, recuperando la perspectiva ontológica que desarrollan las autoras para comprender al populismo, a diferencia del libro de Mudde y Rovira.
El dosier concluye con una entrevista realizada a Álvaro García Linera, uno de los militantes políticos, dirigentes e intelectuales comprometidos más importantes de los tiempos contemporáneos. La entrevista recorre una serie de temáticas y debates latinoamericanos que nos permiten situar lo “nacional-popular” y al populismo como categorías ineludibles del análisis de la política contemporánea en América Latina.
Como coordinadores del dosier, deseamos expresar nuestro agradecimiento a la revista Cuestiones de Sociología, su director Sebastián Benítez Larghi, el comité editorial y el personal de apoyo por su inestimable trabajo en la edición de los textos. Asimismo, estamos profundamente agradecidos con los autores y las autoras por sus valiosas contribuciones al debate en el campo de las ciencias sociales, que combinan compromiso político y rigor analítico. En efecto, no se trata simplemente de proyectar expectativas sobre los proyectos políticos pasados y presentes, sino de contribuir a una comprensión crítica genuina que permita objetivar lo dado y, a la vez, problematizar lo que se está dando y sus múltiples posibilidades de convertirse en historia, como diría Hugo Zemelman. En este sentido, nos gustaría expresar un agradecimiento especial a Álvaro García Linera por su generosidad al establecer un diálogo que sustenta esta entrevista, así como por su disposición a editar un texto que, creemos, será de permanente consulta.
Referencias
Cadahia, L., Coronel, V., Guanche, J. y Stoessel, S. (2019). Hacia una nueva lógica del populismo: de la ruptura de las instituciones a la institucionalidad rupturista. Recerca. Revista de Pensament i Anàlisi, Universidad Jaume I de Castellón, 25(1), 1-20.
Castelao Caruana, M. E. y Srnec, C. C. (2013). Public policies addressed to the social and solidarity economy in South America. Toward a new model? VOLUNTAS: International Journal of Voluntary and Nonprofit Organizations, 24, 713-732.
Coronel, V., Stoessel, S, Guanche, J. y Cadahia, M. L. (2020). Captura estatal y descorporativización de las elites financieras en Ecuador. Colombia Internacional,100, 147-174.
García Linera, A. (2017). ¿Fin de ciclo progresista o proceso por oleadas revolucionarias? Portal digital Pulso de los pueblos. Recuperado de https://rebelion.org/fin-de-ciclo-progresista-o-proceso-por-oleadas-revolucionarias/
Ramírez Gallegos, F. y Welp, Y. (2011). Presentación del dossier: Nuevas instituciones participativas y democráticas en América Latina. Íconos: Revista de Ciencias Sociales,40, 11-20.
Stoessel, S. (2019). Corporativismo y representación política en Ecuador: el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios. Revista Universitas, Revista de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador, 32, 139-156.
Svampa, M. (2017). Del cambio de época al fin de ciclo. Buenos Aires: Edhasa.
Torrico, M. (2017). ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Gobiernos y políticas públicas. México: FLACSO-México.
Zemelman, H. (1989). De la historia a la política. La experiencia de América Latina. México: Siglo XXI.
Recepción: 25 Marzo 2023
Aprobación: 10 Abril 2023
Publicación: 01 Julio 2023